Con el C4 Cactus, Citroën quiere volver a sus orígenes; a aquellos tiempos en los que era la marca de referencia en confort de marcha… Y a una distancia abismal de sus perseguidores. Para volver ahí, la marca francesa ha incorporado dos avances en su modelo compacto que tienen más que ver con el sentido común que con la alta tecnología. El sistema de topes hidráulicos de los amortiguadores o los nuevos asientos creados bajo el programa Citroën Advanced Comfort son dos novedades 'de perogrullo', pero ambas muy eficaces. La primera evita los rebotes bruscos de la amortiguación en firmes en mal estado o en los clásicos badenes de las calles. Y la segunda, utilizando refuerzos y espumas más densas en la configuración de los asientos mejora el confort de marcha y evita la sensación de cansancio.
A ellos se suma una mejor insonorización interior, una calidad de materiales y acabados reforzada, nuevos sistemas de seguridad y ayuda a la conducción -hasta 12 dispositivos- y la misma capacidad de personalización del anterior Cactus como grandes argumentos.
Puretech 110 con cambio EAT6
Pero también una gama mecánica que prima la suavidad y el confort, sobre todo este Puretech 110 con cambio EAT6 que hemos probado en la Provenza. El Cactus demuestra gran suavidad; como si circularas montado sobre un globo inflable. No hay rebotes secos, ni dureza de ningún tipo. Los asientos han ganado en firmeza y se agradece con el paso de los kilómetros.
En rectas o autovías, la sensación es superconfortable, como si levitaras sobre el asfalto. Y en curvas debes cambiar el chip para entender la nueva filosofía; porque esa ligereza de suspensiones se convierte en un balanceo más acusado cuando entramos por ejemplo en zona de montaña, una zona que no es la suya; pero en ciudad, carreteras de circunvalación o autovías lo borda.
Motor y cambio combinan a la perfección con la filosofía del nuevo Cactus que no busca competir en dinámica con sus rivales; sino en confort de marcha. Y ahí, ya los aventaja.
