El Citroën C5 Aircross da un paso más en refinamiento y en inteligencia con esta nueva versión que combina el motor tricilíndrico de gasolina 1.2 PureTech de 130 CV con el cambio automático EAT8 de ocho velocidades por convertidor de par. En refinamiento ya es el embajador del confort, del que siempre han hecho gala los modelos de la marca francesa, gracias a la comodidad del programa Citroën Advance Comfort, con suspensión de Amortiguadores Progresivos Hidráulicos o los asientos Advanced Comfort. La inteligencia se demuestra en un aprovechamiento sobresaliente del espacio con asientos traseros individuales que se pueden reclinar, desplazar o abatir para modular un interior que es capaz de sacar 580 litros de maletero de una carrocería con unas dimensiones muy compactas exteriormente. También es inteligente su batería de sistemas de seguridad y ayudas a la conducción, donde ofrece nada menos que 20 tecnologías.
Y ahora se gana un nuevo grado de sabiduría al combinar dos elementos muy racionales que casan a la perfección: el motor tricilíndrico PureTech de gasolina con 130 caballos y el cambio automático por convertidor de par EAT8. Y con ambos trabajando en conjunto la eficiencia, la suavidad de marcha y el dinamismo están garantizados.
Prueba por Madrid
Lo comprobamos en un recorrido por Madrid que combina autovías con carreteras de curvas de doble sentido. En las primeras, el C5 Aircross se comporta como una alfombra mágica, un gran rodador pensado para hacer muchos kilómetros de la manera más placentera.
Y cuando cambiamos de escenario, vemos que el SUV francés tiene carácter. Los 130 caballos son una cifra perfecta para conseguir dinamismo sin necesidad de ser radicales. El cambio saca el jugo al motor; es rápido y suave en las transiciones entre marchas y gracias a las levas del volante se puede apostar por una conducción con un cierto aire deportivo. Ya está a la venta con dos versiones y precios entre 26.540 y 29.400 euros.
