En los últimos años, los patinetes eléctricos se han convertido en una opción popular de movilidad urbana en muchas ciudades del mundo. Pero su rápido incremento también ha comportado una serie de desafíos y preocupaciones, especialmente en términos de seguridad y regulación. Toronto, la ciudad más grande de Canadá, ha decidido aplicar mano dura contra los patinetes eléctricos, especialmente aquellos que han sido modificados para superar los límites de velocidad: desde la prohibición total en 2021 hasta la imposición de multas extremadamente severas. Este artículo explora cómo y por qué esta ciudad ha llegado a imponer sanciones tan elevadas que, en algunos casos, podrían compararse con el costo de un coche nuevo.
4La legislación y sus desafíos
En Canadá, la normativa sobre patinetes eléctricos varía según la ciudad. Mientras que algunas permiten su uso bajo estrictas regulaciones, Toronto ha optado por una prohibición total. Esta disparidad legislativa crea confusión entre los usuarios y dificulta la aplicación uniforme de la ley. Además, la falta de vigilancia estricta por parte de la policía contribuye a la proliferación de infracciones.
La severidad de las multas impuestas a los infractores en Toronto contrasta con la aparente laxitud en la aplicación de la normativa. Aunque las sanciones pueden ser extremadamente elevadas, su impacto disuasorio se vuelve limitado si la probabilidad de ser sancionado es baja. Este desequilibrio entre ley y aplicación es uno de los principales desafíos que enfrenta la ciudad.