La potencia extrema en los coches está más disponible que nunca, permitiendo que conductores sin experiencia se pongan al volante de máquinas capaces de alcanzar velocidades sorprendentes con solo pisar el acelerador. Sin embargo, no todos están preparados para manejar semejante desempeño, y este reciente incidente con un Dodge Challenger SRT Demon 170 es prueba de ello.
El video, que se hizo viral en Instagram, muestra a un conductor intentando realizar un derrape en una calle suburbana, aparentemente en Texas. A primera vista, podría parecer una demostración de habilidad, pero en realidad, es un claro ejemplo de por qué los vehículos de alto rendimiento no deben conducirse sin el conocimiento adecuado. Con un motor V8 supercargado de 6.2 litros y 1.025 caballos de fuerza, el Demon 170 no es precisamente un automóvil fácil de manejar, y mucho menos en un entorno residencial.
Video del coche derrapando
El intento de derrape se torna desastroso cuando el conductor pierde el control del vehículo. En un primer momento, parece mantener cierta estabilidad, pero a medida que el coche avanza y las ruedas traseras siguen girando descontroladamente, la situación se complica. El coche derrapa hacia la derecha y choca violentamente contra un sedán y una camioneta estacionados.
El impacto es fuerte, y aunque el humo de los neumáticos dificulta ver la magnitud del daño, es evidente que ambos vehículos sufrieron importantes desperfectos en la carrocería. No se descarta que el propio Demon 170 también haya sufrido daños considerables en su parte frontal. Lo que hace que la situación sea aún más grave es la reacción del conductor: en lugar de asumir la responsabilidad, pone marcha atrás y huye a toda velocidad de la escena del accidente.
Cada vez más conductores imprudentes con sus coches
Lo indignante del caso es que este tipo de imprudencias son cada vez más comunes. Conductores sin experiencia, pero con acceso a coches de gran potencia, ponen en riesgo no solo sus vidas, sino también las de quienes los rodean. En el video, también se pueden ver otros dos Dodge Challenger estacionados cerca, lo que sugiere que el conductor podría haber estado participando en una reunión improvisada de entusiastas de los muscle cars. Sin embargo, lejos de ser una simple reunión de aficionados, la situación terminó en un hecho delictivo.
Es de esperar que las autoridades locales puedan identificar al responsable y tomar las medidas correspondientes. Incidentes como este refuerzan la necesidad de regular el uso de autos de alto desempeño y de educar a los conductores sobre la importancia de la responsabilidad al volante. Tener un coche de 1.000 caballos de fuerza no significa saber conducirlo, y mucho menos hacerlo en la puerta de casa.