La fama no solo se mide en aplausos, discos vendidos o premios ganados. Para figuras como Raphael, uno de los artistas más emblemáticos de España, su éxito ha estado acompañado de anécdotas sorprendentes que rozan lo cinematográfico. Entre ellas, destaca un regalo de dimensiones épicas: un coche tan grande que resultaba imposible maniobrarlo por las estrechas calles de Madrid.
4Un regalo que quedó en la historia
La historia del Cadillac Fleetwood no terminó con su imposibilidad de transitar por Madrid. Aunque Raphael ya no lo utilizaba de manera frecuente, el coche se convirtió en una pieza simbólica de su carrera. Los medios y sus seguidores recordaron este detalle como una anécdota que mezclaba humor y extravagancia, un reflejo de lo que significaba ser una figura de su calibre.
En aquellos tiempos, no era raro que las grandes estrellas vendieran o donaran este tipo de regalos cuando su utilidad era limitada. No obstante, el coche dejó una huella imborrable, asociándose para siempre con el cantante y su época de mayor esplendor.