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La carta que si no te ha llegado ya, te va a llegar en breve. Y tu coche tiene la culpa

El inicio de un nuevo año no solo trae consigo nuevas metas y proyectos, también trae la llegada de obligaciones fiscales que todos debemos cumplir. Uno de estos impuestos, conocido como el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), popularmente llamado impuesto de circulación, es uno de los que más atención requiere por parte de los propietarios de coches. ¿Por qué? Porque si no te ha llegado ya, muy pronto llegará esa carta que, irónicamente, es tu coche quien la provoca.

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Cuotas tributarias variables

El importe del impuesto varía según la potencia del vehículo, y aunque existen cuotas mínimas establecidas por ley, cada ayuntamiento tiene la facultad de modificarlas. Esto significa que el importe que pagarás puede variar dependiendo de tu ubicación geográfica. Por ejemplo, en el caso de los turismos, las cuotas mínimas oscilan desde los 12,62 euros hasta los 112 euros, dependiendo de la potencia del vehículo. Para motos y ciclomotores, las cuotas mínimas van desde los 4,42 euros hasta los 60,58 euros.

En resumen, la llegada de la carta anunciando el pago del impuesto de circulación es una realidad inevitable para todos los propietarios de vehículos. Ante esto, es importante estar preparado y cumplir con esta obligación fiscal en los plazos establecidos, evitando así posibles recargos y complicaciones legales. Recuerda, tu coche puede ser tu mayor aliado en la carretera, pero también puede ser el responsable de recordarte tus deberes como contribuyente.