La subida del precio del diésel lleva meses sobrevolando el sector, porque el Gobierno quiere equipararlo al de la gasolina, lo que supone un incremento de unos 10 céntimos. En la práctica, llenar el depósito costaría alrededor de seis euros más para los conductores con un coche diésel. Sin embargo, puedes estar tranquilo, porque no ocurrirá en un futuro inmediato.
No es una intención nueva del ejecutivo ni mucho menos, porque es una idea que lleva estando sobre la mesa desde 2020. La medida se tumbó a finales del año pasado, pero el Gobierno siguió intentándolo, porque si no lo hacía podía perder una parte de los 7.200 millones de euros de los fondos europeos Next Generation. Era una exigencia de la Comisión Europea, pues aumentar el precio del diésel esos 10 céntimos desbloqueaba un nuevo paquete de ayudas para España que tiene como objetivo favorecer la industrialización sostenible y acelerar la llegada del coche eléctrico.
No obstante, el plazo para aprobar la subida del diésel en el Congreso de los Diputados expiró el pasado viernes 11 de abril sin acuerdo entre los grupos. Por tanto, la buena noticia para los conductores de un coche diésel es que esta Semana Santa no les saldrá más caro repostar. Expirado el plazo que nos daban desde Bruselas, una parte de los fondos están en el aire, porque el Gobierno recuerda que España siempre ha cumplido en el resto de medidas.
El Gobierno no consigue subir el precio del diésel
Aunque el plazo para subir el precio del diésel terminó el pasado viernes, ya sabíamos desde unos días antes que probablemente no se produciría por la falta de acuerdos parlamentarios. La propuesta es que el impuesto de hidrocarburos para el diésel pase de 0,379 euros el litro a 0,47269 euros, es decir, unos 10 céntimos más que supondrían un incremento de unos seis euros al llenar el depósito.
Las únicas excepciones es que la subida no afectaría al gasóleo profesional —el que utilizan agricultores o transportistas— y que si el diésel supera los dos euros por litro durante dos meses consecutivo, el impuesto se reduciría a 0,422 euros por litro. No obstante, el precio ahora, en el momento en el que se escriben estas líneas, es de 1,410 euros el litro.
El PSOE ha señalado en las últimas semanas que «no tiene sentido ambiental ni sanitario bonificar el diésel frente a la gasolina» y defiende la subida para desbloquear los fondos europeos. No obstante, Sumar ha rechazado la medida si en el mismo paquete no se aprueba también una tasa a las empresas energéticas, pero Junts y el PNV llevan años siendo rígidos con su oposición a esta última medida.
Por tanto, nadie está dispuesto a ceder en su postura y el plazo para aprobar la subida al diésel terminó el viernes 11 de abril. Ahora, el Gobierno está en conversaciones con Bruselas para ver qué ocurre con los fondos europeos, que siguen bloqueados. Por tanto, si tienes un coche diésel, de momento puedes estar tranquilo, porque será difícil conseguir un acuerdo por unanimidad.
¿Por qué el Gobierno quiere quitar la bonificación al diésel?
El diésel siempre ha sido más barato que la gasolina y ha tenido una fiscalidad favorable. No en cuanto al IVA, porque el 21% es común para ambos combustibles, pero sí en el Impuesto Especial de Hidrocarburos. (IEH), porque el impuesto siempre ha sido más reducido para el diésel.
No obstante, después de la pandemia, todos los países de la Unión Europea se propusieron reducir el déficit presupuestario, y de ahí que Bruselas ofrezca ayudas siempre y cuando cumplan con algunos compromisos. Una de las medidas que el Gobierno lleva años intentando es equiparar el precio del diésel al de la gasolina, aumentando así el IEH al gasóleo para recaudar unos 1.500 millones de euros extra al año.
De esta manera, España se convertiría en uno de los países europeos con más contribución fiscal del automóvil, porque ya en 2023 aportó 39.500 millones de euros a las arcas públicas, según datos de ANFAC. Una media de 1.068 euros al año por conductor.