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El color de tu coche: Una psicóloga te explica cómo eres

El color del coche emerge como un aspecto aparentemente trivial pero profundamente revelador. Más allá de la simple estética, el color del automóvil se convierte en un reflejo de la personalidad del comprador y tiene el poder de influir en su percepción y bienestar emocional, en el complejo mundo de la compra de automóviles, donde la mente del comprador se enfrenta a una multitud de decisiones técnicas y financieras,

La psicología del color, un campo de estudio que explora cómo los colores afectan el comportamiento humano, ofrece una perspectiva intrigante sobre la elección del color del automóvil. Nuria Casanovas, experta en el uso terapéutico del color, enfatiza que los colores tienen la capacidad de evocar energías diversas, cada una con su propia resonancia emocional. Por ejemplo, el rojo está vinculado a la pasión y la vitalidad, mientras que el blanco sugiere calma y pureza. Estas asociaciones emocionales influyen en las preferencias de los compradores de coches, guiándolos hacia colores que reflejen aspectos de su personalidad y estado emocional.

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La armonización del color y el coche

Imagen corporativa Motor16

La elección del color del automóvil también está influenciada por consideraciones psicológicas más profundas, como la conexión entre el color y el bienestar emocional. Un color que armoniza con nuestro estado de ánimo actual puede brindar un sentido de confort y cohesión, mientras que uno que contrasta puede generar disonancia emocional. Por ejemplo, un individuo que atraviesa un período de alegría y vitalidad puede encontrar el color amarillo muy apropiado, ya que representa la expresión y la energía. Sin embargo, si ese mismo individuo experimenta un cambio hacia la seriedad y la tranquilidad, el color amarillo puede resultar discordante y generar malestar emocional.

La conciencia de esta conexión entre color y bienestar emocional está en aumento, lo que lleva a una mayor consideración de este factor al elegir un automóvil. A diferencia de otros objetos cotidianos que pueden ser fácilmente reemplazados, como la ropa o los muebles, cambiar de automóvil debido al descontento con su color puede ser una empresa costosa y poco práctica a corto plazo. Por lo tanto, la elección del color del automóvil se convierte en una decisión significativa que va más allá de la mera estética, afectando directamente el estado emocional y la percepción del comprador.