Para muchos conductores el mantenimiento de un coche eléctrico es uno de los principales inconvenientes a la hora de decidirse por la compra de uno de estos modelos. Esto junto al elevado coste de adquisición y las deficiencias en infraestructuras para las recargas, conforman los argumentos de los principales detractores del coche eléctrico.
Y si bien la mecánica que ofrece este tipo de motorizaciones es distinta de la instalada en los tradicionales motores de combustión, lo cierto es que, lógicamente, requieren de un mantenimiento para facilitar la durabilidad del vehículo y rentabilizar la inversión al máximo.
2Lo que ambas opciones tienen en común
Con este escenario claro, lo que intentaremos ahora es medir la incidencia del mantenimiento de un coche eléctrico en su desarrollo como herramienta, y las diferencias sobre un motor de combustión, que en principio son por la ausencia de ciertos sistemas claras y definitorias.
El mantenimiento, para ambas opciones, pasa por descontado en que ciertos elementos son fijos y están presentes para ambas. Neumáticos, frenos, amortiguadores, limpiaparabrisas, aire acondicionado, barras estabilizadoras, dirección y tantos elementos comunes, que parece mas que lógico que las diferencias entran en juego cuando hablemos de mecánica y su aplicación fundamental. Es decir el modo en que se consigue la energía y potencia tractora o de propulsión.