El coche, conocido como » Ferrari español «, era hijo de la principal factoría de vehículos de la España de postguerra, ENASA, conocida como Pegaso, tenia la impronta del exingeniero jefe de Alfa Romeo y el beneplácito de la dictadura franquista.
Un coche cargado de exclusividad y deportividad, que pretendió ser la enseña nacional de la industria automotriz, que cosecho numerosos fracasos deportivos, un récord mundial de velocidad, y a día de hoy, es el disfrute de coleccioncitas y propietarios; una autentica joya.
6El diseño de Serra, en el museo de Salamanca
El carrocero español Pedro Serra era un desconocido en la época, pero Ricart vio uno de sus Pegaso carrozado por él para un particular, y fue de su agrado. Dado que le pareció un resultado muy bueno, envió 3 chasis más para que fueran vestidos, con carrocería descapotable.
En el caso del Pegaso Z -102 del MHAS, su primer propietario fue el «sportmen» Gonzalo Yémenes, que tuvo un accidente en el que su coche quedó completamente destrozado. Posteriormente, adquirió a Pegaso un bastidor nuevo, al que montó la mecánica del automóvil accidentado, y después encargo a Serra una carrocería. Tras Gonzalo Yémenes tuvo varios propietarios, entre los que se encuentra el torero Alfonso Cela (Celita II).
En 1974 entró a formar parte de la colección Gómez Planche y fue restaurado. Hace unos años, el Ayuntamiento de Salamanca decidió proteger una pieza tan exclusiva y fue adquirido junto al Mercedes Benz 320 Cabriolet, del año 1938.
Un magnífico automóvil que se convirtió en la pieza del mes de mayo de 2021, por su trascendencia internacional y su cotización entre los coleccionistas más exclusivos.