Las especulaciones no se hicieron esperar, despertando comentarios que iban desde el entusiasmo hasta la incredulidad, mientras en las calles de Madrid se exhibía un telón de escenario que camuflaba intrigante la sorpresa. Finalmente, la verdad salió a la luz: no se trataba de un lanzamiento real, sino de una campaña creada por Midas, líder en mantenimiento y movilidad sostenible, como parte del quinto aniversario de su iniciativa #EllasConducen. El propósito no era vender coches, sino poner sobre la mesa una conversación incómoda pero urgente: ¿por qué seguimos pensando que las mujeres necesitan un coche diferente?
CARmela, un coche diseñado mediante inteligencia artificial, no es más que el reflejo de los prejuicios que persisten sobre las capacidades de las mujeres al volante. Pero también es un espejo para quienes todavía creen que la industria automotriz debe seguir encasillando a las conductoras bajo estereotipos que, en pleno 2024, ya no tienen cabida.
4El coche ideal no tiene género.
El revuelo generado por CARmela es un recordatorio de que la industria automotriz todavía tiene tareas pendientes. Aunque no es un vehículo real, su diseño ficticio ha servido para evidenciar cómo las expectativas hacia las mujeres conductoras están marcadas por estereotipos que limitan su experiencia y confianza.
Las mujeres no necesitan un coche más “seguro” o “ligero”, ni detalles como guantes para maquillaje o pedales adaptados. Lo que necesitan es el mismo respeto, la misma libertad de elección y las mismas oportunidades que sus contrapartes masculinas. Como señala Jocelyne Bravo, líder de Marketing y Comunicación de Midas, “El verdadero avance no es crear un coche específico para mujeres, sino un entorno automotriz inclusivo donde cada persona, sin importar su género, pueda encontrar lo que realmente busca: un vehículo que se adapta a sus necesidades y estilo de vida, sin etiquetas”.