La invasión de Ucrania en 2022 tuvo un impacto significativo en la industria automotriz rusa. La mayoría de los fabricantes de automóviles europeos presentes en el país cesaron sus operaciones y disolvieron sus asociaciones, muchas de las cuales pasaron a manos del gobierno ruso. La paralización de esta industria, altamente tecnológica, planteó desafíos considerables para su reactivación, especialmente dadas las restricciones impuestas a Rusia por la Unión Europea y los Estados Unidos.
En este contexto, China se ha convertido en un aliado clave para Rusia en términos tecnológicos. La factoría de Kaluga, anteriormente operada por el Grupo Stellantis, ha atraído la atención al seguir en funcionamiento, produciendo sorprendentemente el Citroën C5 Aircross. Este modelo continúa saliendo de la línea de producción, desafiando las expectativas dadas las dificultades y restricciones que enfrenta Rusia en el escenario internacional.
2La reactivación de la industria automotriz en Rusia
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha mostrado un interés particular en revivir y promover la industria automotriz del país. En 2022, se revivieron los vehículos soviéticos Moskvich, específicamente el modelo 2, que en realidad era un Sehol X4 fabricado por la empresa china JAC Motors. Esta medida forma parte de los esfuerzos del gobierno para demostrar la autosuficiencia y normalidad de la industria automotriz rusa.
La factoría de Kaluga, actualmente propiedad en un 70% de Stellantis y un 30% de Mitsubishi, ha sido un tema candente debido a su inesperada continuidad en la producción. Stellantis reportó pérdidas significativas al abandonar estas instalaciones, pero la reanudación de la producción por parte de Automotive Technologies ha agregado un nuevo capítulo a esta historia.
