Nada puede ser más frustrante que subirse al coche, girar la llave en el contacto y descubrir que el motor no responde. En ese momento, la primera reacción suele ser entrar en pánico y llamar a la grúa, pero en muchos casos, el problema tiene solución sin necesidad de recurrir a asistencia externa. Antes de asumir lo peor, es recomendable realizar una serie de comprobaciones que pueden ahorrarte tiempo, dinero y la molestia de esperar por un servicio de auxilio en carretera.
5Inspecciona los fusibles y conexiones

Muchas veces, un simple fusible fundido puede ser la causa de que el coche no arranque. Consultar el manual del vehículo te ayudará a identificar la caja de fusibles y revisar si alguno está dañado. En algunos casos, sustituir un fusible es suficiente para restaurar el encendido del vehículo.
Además, revisar los cables y conexiones del motor puede ser útil. Si algún cable está suelto o desconectado, puede impedir el flujo de corriente necesario para el arranque. Asegurarse de que todo esté en su sitio y bien ajustado puede ser la clave para solucionar el problema.