¿Cómo de buenos son los coches chinos? Gran pregunta que todo aficionado al motor se hará. En un país donde no abundan las marcas que conocemos, se intenta solucionar lo que todavía es solucionable: la contaminación. Los ciudadanos de las metrópolis con millones de habitantes aún pueden comprar coches nuevos, pero solo si llevan las siglas NEV, esto es, New Energy Vehicle (coche de nuevas energías), que sea capaz de recorrer, como poco, 60 kilómetros solo en modo eléctrico.
Quien aspire a un turismo propulsado por motor de combustión en una gran metrópoli, tendrá que verse obligado a pagar 10.000 euros para entrar en un sorteo de compra de unidades limitadas. Y ojo porque nadie sabe por cuánto durará esta medida. De hecho, los turismos diésel, en general, ya están prohibidos, lo que nos lleva a pensar que el futuro de China, definitivamente, pasa por el enchufe. ¿Son fiables esas joyas de la ingeniería china que marcan el panorama actual?
4BYD Qin 70
Atención, porque este es uno de esos coches chinos que se pueden calificar, definitivamente, como muy extraños. El BYD Qin 70 es una berlina compacta híbrida enchufable, en la que BYD (‘Build Your Dreams’) aloja un 1,5 litros de cuatro cilindros turboalimentado con motor eléctrico integrado. Los dos rinden en total 154 CV, que van al eje delantero.
La autonomía prometida, solo en modo eléctrico, es de 70 kilómetros… pero encima tiene truco. La realidad es que los sistemas no se entienden entre sí. No hay ni rastro de armonía. El motor de combustión atrona cuando pisas a fondo, pero la respuesta es perezosa. No exageramos. Destaca también la sobreabundancia de botones en el volante, otorgándole el aspecto similar al de una videoconsola.