La tecnología diésel, que durante años ha sido demonizada por sus efectos contaminantes, parece estar experimentando un inesperado resurgir. A pesar de los planes iniciales para su eliminación en un futuro cercano, varios países de la Unión Europea, incluyendo España, están reconsiderando su postura. El fin de la fabricación y comercialización de coches diésel estaba programado para 2035, con una prohibición total para 2040, pero ahora hay señales de que estas fechas podrían no cumplirse.
3Los nuevos modelos diésel: más limpios y eficientes
Uno de los argumentos clave para reconsiderar la eliminación de los coches diésel es que los nuevos modelos son significativamente más eficientes y menos contaminantes que sus predecesores. Las innovaciones tecnológicas han permitido desarrollar motores diésel que emiten menos CO2 y partículas contaminantes, lo que los hace más compatibles con los objetivos medioambientales a corto plazo.
Además, rejuvenecer el parque automotor, retirando de la circulación los modelos más antiguos y contaminantes, podría ser una solución más efectiva que una prohibición total. Esto permitiría mantener en funcionamiento vehículos diésel más nuevos y menos contaminantes, mientras se avanza gradualmente hacia una flota completamente descarbonizada. Esta estrategia no solo sería menos disruptiva para la economía, sino que también podría generar menos resistencia entre los consumidores y la industria.