Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y líder de Sumar, no duda en señalar la dirección hacia un futuro sostenible. Sin embargo, lo que parece ser una admirable cruzada ecologista está empañado por una contradicción que no pasa desapercibida: mientras promueve el uso de la bicicleta con propuestas ambiciosas como la instalación de parkings para este medio en edificios públicos, su ministerio dispone de nueve coches oficiales para el traslado de altos cargos. ¿Un caso más de “haz lo que digo, no lo que hago”?
4La oportunidad perdida
No cabe duda de que la propuesta de parkings para bicicletas es positiva. Sin embargo, lo que podría ser un movimiento inspirador se queda en un gesto vacío por la desconexión entre el discurso y la práctica. El público espera algo más que palabras. En un mundo donde la sostenibilidad es una preocupación creciente, la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es fundamental.
Díaz podría haber usado esta propuesta como una oportunidad para marcar un antes y un después en la percepción de los líderes políticos respecto al medio ambiente. En cambio, el contraste entre su cruzada ecologista y su dependencia de los coches oficiales ha convertido lo que podría haber sido un triunfo en un revés.