Coger un vehículo de transporte con conductor (VTC) es una experiencia cada vez más incierta. Lo que debería ser un simple trayecto se ha transformado para algunos en una ‘actividad de riesgo’, especialmente en grandes ciudades. La falta de formación de muchos conductores, la fe ciega en los navegadores y la creciente siniestralidad han encendido las alarmas, tanto entre consumidores como entre taxistas.
Y es que las estadísticas no mienten: los accidentes de VTC superan en proporción a los de los taxis tradicionales, evidenciando un problema que necesita de solución urgente.
3Siniestralidad en aumento
Los datos de siniestralidad son claros: los VTC están implicados en más accidentes que los taxis. De los 8.800 VTC que circulaban en Madrid en 2023, se registraron 1.196 accidentes; mientras que entre los 15.600 taxis solo protagonizaron 880 incidentes. No obstante, el verdadero problema ha surgido en 2024: en los primeros nueve meses del año, los VTC contaban ya con 904 accidentes, superando alarmantemente los 704 de los taxis.
Las cifras revelan un crecimiento preocupante en la siniestralidad de los VTC. Según algunos conductores de taxi, la explicación es sencilla: «Se bajan del avión y los ponen a conducir». La frase bien podría parecer un comentario racista; pero en realidad busca señalar la falta de preparación y formación de muchos conductores que, en algunos casos, llegan al sector con poca o nula experiencia previa.
