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El día que coger un VTC es considerado ‘actividad de riesgo’

Coger un vehículo de transporte con conductor (VTC) es una experiencia cada vez más incierta. Lo que debería ser un simple trayecto se ha transformado para algunos en una ‘actividad de riesgo’, especialmente en grandes ciudades. La falta de formación de muchos conductores, la fe ciega en los navegadores y la creciente siniestralidad han encendido las alarmas, tanto entre consumidores como entre taxistas.

Y es que las estadísticas no mienten: los accidentes de VTC superan en proporción a los de los taxis tradicionales, evidenciando un problema que necesita de solución urgente.

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La falta de formación y el origen del problema

Los taxistas deben superar un riguroso examen sobre el callejero de la ciudad, normativa local e incluso demostrar conocimientos de idiomas. En cambio, los conductores de VTC solo necesitan el carnet de conducir, una foto y un certificado de antecedentes penales. Un proceso de selección que es mucho menos exigente, lo que abre la puerta a la contratación de conductores con escasa experiencia.

En numerosas ofertas de empleo para conductores de VTC no se exige una formación específica ni que conozcan bien la ciudad en la que operan. Solo algunas empresas imponen como requisito mínimo tener dos años de experiencia en el carnet de conducir. Esta ausencia de formación ha provocado que muchos conductores de VTC cometan errores de circulación y aumente el riesgo de siniestros en las calles.