En un esfuerzo por garantizar la seguridad vial, las autoridades han establecido estrictas sanciones para quienes alteren o coloquen señales de tráfico sin autorización. Aunque pueda parecer una acción inofensiva o incluso divertida, esta práctica puede tener consecuencias graves tanto legales como en la seguridad de los conductores. Una multa de hasta 3.000 euros es el precio a pagar por este tipo de infracción.
Colocar una señal de tráfico falsa o no autorizada puede parecer una broma para algunos, pero su impacto va más allá de lo anecdótico. Estas señales de tráfico pueden generar confusión entre los conductores, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Por ejemplo, una señal que indique un límite de velocidad incorrecto podría hacer que los conductores circulen más rápido de lo debido o reduzcan la velocidad de manera innecesaria.
Las autoridades viales de la Dirección General de Tráfico consideran esta práctica como una alteración grave del orden público y de la seguridad vial. Por ello, las sanciones no solo buscan disuadir este tipo de acciones, sino también proteger a los usuarios de la vía.
1La base legal de las multas
El Código de Circulación establece claramente que solo las autoridades competentes tienen la facultad de colocar y retirar señales de tráfico. Esto incluye tanto a los gobiernos municipales como a las entidades responsables de las carreteras. Cuando un particular decide intervenir en este ámbito, está incurriendo en una ilegalidad.
La multa de 3.000 euros no es arbitraria. Se basa en la gravedad de la infracción y en el potencial daño que puede causar. Además de la multa económica, los infractores podrían enfrentar cargos adicionales si su acción resulta en un accidente o daños materiales.