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Verdes, rojas, amarillas… No va de Chimo Bayo, sino de las pegatinas de la ITV

La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV, es una especie de ritual para los conductores en España. Mientras que aquellos con coches nuevos pueden no preocuparse por ello durante un par de años, para el resto de nosotros, especialmente los que manejamos vehículos más veteranos, la ITV se convierte en una cita periódica ineludible.

A partir del cuarto año de vida de un vehículo, esta prueba técnica se convierte en obligatoria y repetitiva: bienal hasta que el coche cumpla los 10 años, y anual a partir de ahí. Y de cada visita a la ITV nos llevamos algo muy particular: una pegatina de colores que a veces parece no tener sentido pero que, en realidad, es clave para la seguridad en nuestras carreteras.

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Más allá del color: la importancia de la ITV

Podrías pensar que la ITV es solo un trámite molesto o una formalidad, pero es mucho más que eso. Esta inspección técnica es, en esencia, un control que garantiza que tu vehículo está en condiciones seguras para circular. Detecta defectos que pueden ser un riesgo, no solo para el conductor y sus pasajeros, sino también para otros usuarios de la vía.

Pasar la ITV es un sello de confianza, un indicativo de que tu coche cumple con los estándares de seguridad, emisiones y otras normativas técnicas. Los elementos que más se revisan incluyen sistemas críticos como los frenos, neumáticos, luces, emisiones de gases y elementos de seguridad estructural del vehículo.

Muchas personas cometen el error de olvidarse de poner la pegatina de la ITV en su lugar, o simplemente deciden no hacerlo por estética. Sin embargo, no exhibir esta señal V-19 puede costar una multa de hasta 100 euros. No importa que tu vehículo haya pasado la ITV correctamente, la pegatina es la confirmación visible de ello, y no tenerla en el parabrisas puede acarrear sanciones.