El combustible sintético, es la esperanza para los coches de combustión interna. En principio, no necesitaríamos modificar los sistemas del coche. Es decir, bastaría con repostar en vez gasolina de la de hoy, la del mañana o sintética.
Este producto se obtiene, a diferencia de los combustibles fósiles, sintéticamente mediante procesos químicos y físicos que emplean aire, agua y, por supuesto, energía renovable.
La clave de estos procesos reside en el hecho de que para producir estos combustibles se esté utilizando CO2 captado del aire, de la atmósfera.
4Un proceso de fabricación caro
Este sistema necesita de energía en toda su elaboración, que es lo que lo encarece y lo que mantiene una incertidumbre constante. ¿de donde saldrá esta energía? ¿será renovable? ¿ cuanto costara el litro? Son preguntas que están en el tapete de debate, pero que no cierran la puerta a que este tipo de combustible, sea la salvación de los motores de combustión.
La tecnología necesaria para su fabricación a gran escala aún está en desarrollo y requiere inversiones considerables para alcanzar la viabilidad económica.
Además, aunque los e-fuels reducen las emisiones de CO2 durante su uso, todavía generan otras emisiones contaminantes, como óxidos de nitrógeno (NOx). Aunque en menor cantidad que los combustibles fósiles, estos subproductos deben abordarse para minimizar su impacto ambiental.