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Coches embargados, coches de subasta… ¿Cómo me puedo hacer con uno?

¿Buscas un coche y te sientes atraído por la idea de conseguir un buen precio? Las subastas de coches embargados pueden ser una opción interesante, aunque no exenta de riesgos. Estos vehículos, retenidos por deudas impagadas, son ofrecidos al mejor postor, y con algo de estrategia, podrías hacerte con un auténtico chollo. Sin embargo, antes de lanzarte, conviene conocer el terreno para evitar sorpresas desagradables.

Un coche embargado es un vehículo que ha sido incautado a su propietario por no cumplir con ciertas obligaciones económicas. Puede ser que no haya pagado una multa, la hipoteca o cualquier otra deuda. Estos embargos no ocurren de la noche a la mañana; Suelen gestionarse en un marco legal que incluye plazos y notificaciones. En España, el proceso de embargo y subasta generalmente se realiza antes de que la deuda prescriba, lo que suele ocurrir a los cuatro años. Una vez embargado, el coche pasa a formar parte de un listado de bienes que las entidades públicas o privadas subastan para recuperar el dinero adeudado.

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¿Es legal circular con un coche embargado?

Motor16

La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, podrás usar el coche embargado una vez que lo desees. Podrás pasar la ITV, contratar un seguro e incluso venderlo más adelante. Sin embargo, si el coche está cercado por orden judicial, no podrás moverlo hasta que se resuelva su situación legal. Por eso es importante investigar a fondo antes de pujar.

Para asegurarse de que todo está en orden, solicite un Informe de Antecedentes del Vehículo a la Dirección General de Tráfico. Este documento te permitirá conocer posibles embargos o cargas legales asociadas al coche.

La compra de coches embargados en subastas es una opción interesante para quienes buscan un buen precio y están dispuestos a asumir ciertos riesgos. No obstante, no es un proceso apto para quienes prefieren compras rápidas y sin complicaciones. Si decides lanzarte, hazlo con los ojos bien abiertos, investigando a fondo cada detalle y, sobre todo, con una buena dosis de paciencia y sentido común. Así, la próxima vez que alguien te hable de las gangas en subastas, sabrás exactamente qué responder: “Con conocimiento, sí valen la pena”.

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