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Conducimos el Jaguar F-Pace SVR. Siglas mágicas

SVR son las siglas que definen los modelos más deportivos, radicales y prestacionales de Jaguar-Land Rover. Creados por el departamento de vehículos especiales de la firma británica tienen el objetivo de ir todavía más hacia el límite, a buscar lo más en prestaciones, en rendimiento o también en lujo y distinción. A todas esas premisas responde la gama de modelos creados por este departamento que salpican a modelos de las gamas tanto de Jaguar, como de Land Rover (en la firma de todoterrenos la gran estrella es el Range Rover Sport SVR).

Y en Jaguar hay un auténtico hito, como el F-Type R, el modelo de producción más rápido de la historia de la marca con sus 300 km/h de velocidad máxima, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, gracias a su motor 5.0 V8 de 575 caballos de potencia. Un auténtico superdeportivo que, sin embargo, te recibe en un ambiente de máximo refinamiento, lujo y distinción.

Pero no queda ahí la historia de SVR en Jaguar. Porque si el F-Type es el máximo en los turismos, entre los SUV el F-Pace SVR no le anda a la zaga. Ahora, además, ha recibido una actualización con la que aún explora más los límites. Ha mejorado sus prestaciones, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 4 segundos y también mejora su rendimiento en otros muchos aspectos.

Dinámica de primer orden

Si nos fijamos en elementos técnicos vemos cómo el Jaguar F-Type SVR ha visto retocado su motor, un 5.0 V8 con 550 caballos para mejorar su curva de par -ahora de 700 Nm- con lo que alcanza los 286 km/h de velocidad máxima. Para garantizar que ese rendimiento se convierte en una experiencia dinámica de primer orden, se han retocado ciertos elementos, como la cremallera de la dirección con calibrado SV así como los amortiguadores que han sido rediseñados para generar una experiencia de conducción más conectada y refinada. También los discos y los frenos se han mejorado para aumentar el rendimiento de la frenada.

Y aprovechando esto se ha retocado ligeramente la imagen y el estilo del F-Pace. Por ejemplo en la parte delantera de la carrocería se ha reducido la altura un 35 por ciento con lo que se mejora la resistencia aerodinámica. También cuenta con un nuevo paragolpes y unas tomas de refrigeración de mayor tamaño. Hay más detalles en el exterior, como los nuevos faros LED premium o las luces traseras de LED. Además, cuenta con nuevas llantas de aleación forjadas de 21 pulgadas y en la trasera un nuevo alerón fijo SVR para mejorar el rendimiento aerodinámico.

La deportividad del exterior se traslada a un interior que combina deportividad y exclusividad y lujo. Materiales exclusivos, acabados de primera calidad se mezclan en detalles como los asientos bacquet en Alcántara, con el logo SVR en el reposacabezas. Además,el volante es de piel cosido en color rojo en contraste.

Además, el interior cuenta con una carga tecnológica importante, con el nuevo sistema de infoentretenimiento de doble SIM Pivi Pro, al que se accede mediante una pantalla táctil de 11,4 pulgadas y alta definición con cristal curvado. Y todo el sistema de infoentretenimiento se puede actualizar de manera remota con funciones inalámbricas.

Todo esto que sobre el papel impresiona, en el asfalto lo hace aún más. En un recorrido por la sierra de Madrid, el caudal de potencia y de rendimiento del nuevo Jaguar F-Pace te deja anonadado. Un sonido bronco, de V8 de los de antes te recibe cuando pulsas el botón de arranque. Y a partir de ahí las sensaciones se disparan. Empuja infinito, frena de maravilla, traza curvas a toda velocidad como con un tiralíneas… Y todo esto en un ambiente exclusivo, relajado, de máximo confort. Es un familiar de carreras.

Claro que para disfrutar de todo esto hay que ir con el dinero por delante… Y no poco. Son 121.000 euros los que hay que desembolsar para disfrutar de esas tres letras -SVR- que hacen del F-Pace algo especial.