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Conducimos el nuevo Kia Rio. Interesantes cambios, pero no a la vista

Es cierto que el empuje de los SUV en todos los segmentos, no permite a las carrocerías tradicionales ser líderes como hasta hace unos años. Pero también es verdad que un utilitario clásico como este Kia Rio sigue teniendo una importancia capital en cualquier marca. Y mucho más si, como ocurre con el Rio, se trata de uno de los valores seguros en la marca coreana. Y ahora que la firma inicia una nueva era, necesita bases sólidas.

Porque el Rio ha sido uno de los modelos que más ha hecho por el desarrollo y la implantación de Kia en el mercado europeo. Y si nos fijamos más en el apartado de los números, porque actualmente, en el segmento B -que suma alrededor de un 20 por ciento de las ventas totales-forma un gran equipo con el Stonic y se sitúan como la segunda gama más vendida de la marca en España.

Por eso un cambio en un modelo tan importante no se debe tomar a la ligera. Incluso cuando se trate de una simple renovación y no de una generación totalmente nueva. Este es el caso del Kia Rio que acabamos de conducir. Una actualización de la cuarta generación del Rio en la que la marca ha dejado a un lado lo que suele ser más evidente -el diseño- para centrarse en un progreso evidente sobre todo en la parte que no se ve, con una apuesta fuerte por la electrificación y la tecnología.

Cambios modestos en el diseño

Porque en el diseño hay que decir que simplemente recibe retoques que le sientan bien, pero que son tal vez excesivamente modesto. En el diseño exterior aparece un nuevo frontal, con nuevos paragolpes y la parrilla más estilizada, además de luces LED diurnas de serie y que en opción puede llegar a los pilotos traseros. La zaga también tiene ligeros retoques; hay nuevos colores, llantas… Y aunque si lo pones al lado del anterior Rio se notan diferencias, la verdad es que nadie girará la cabeza porque piense que está viendo un coche totalmente nuevo.

Y en el interior más calidad de acabados y materiales, con una gran pantalla de táctil de 8 pulgadas como aspecto más llamativo. En esta se puede manejar el nuevo sistema de infoentretenimiento UVO Connect de segunda generación o las conexiones del smartphone a través de Android Auto y Apple CarPlay o la cámara de visión posterior.

Mención especial para el sistema UVO Connect de segunda generación, con reconocimiento de voz, que ofrece una gama de servicios para conductores además de información de tráfico en tiempo real, previsiones meteorológicas, puntos de interés, estaciones de servicio y precios del combustible, información de aparcamiento en tiempo real, incluyendo el precio, la ubicación y la disponibilidad. Además, el sistema UVO Connect permite activar a distancia una serie de funciones y dispositivos, como enviar las direcciones de ruta a su coche, comprobar la última ubicación de su vehículo, acceder a los informes del vehículo y a las notificaciones de diagnóstico.

Y para rematar el apartado de tecnología, el Rio incluye los últimos asistentes del mercado. En su dotación vemos asistente de colisión frontal con reconocimiento de peatones, vehículos y ciclistas, asistente de mantenimiento en el carril, detector de fatiga del conductor o alerta de vehículos en el ángulo muerto.

Además, el Rio ofrece ahora varios nuevos sistemas de seguridad activa para mejorar la seguridad de los ocupantes. En función del nivel de equipamiento, puede añadir asistencia para evitar colisiones en ángulo muerto, advertencia inteligente de límite de velocidad, control de crucero inteligente y asistencia para seguimiento del carril.

Y grandes cambios bajo el capó

Pero el mayor progreso está bajo el capó, con una apuesta clara por la electrificación que se traduce en que dos terceras partes de la gama cuenta con la etiqueta ECO -y los beneficios que eso supone-, algo que muy pocos modelos de su segmento pueden decir. El renovado Kia Rio suma a su gama el tricilíndrico 1.0 T-GDI de la familia Smartstream, con potencias de 100 y 120 CV en ambos casos con hibridación ligera y batería de 48 voltios, con los que rebaja unas décimas el gasto. Con esto siete de las diez versiones del Rio disponen de la etiqueta ECO.

El único que no dispone de etiqueta ECO es la versión de acceso, para la que se mantiene el 1.2 DPi con 84 CV de potencia asociado a un cambio manual de cinco velocidades.

Pero hay más novedades mecánicas, no solo los nuevos motores. Entre ellas destaca el nuevo cambio manual inteligente iMT con seis velocidades sin conexión física entre el pedal y el propio embrague, que es accionado de forma electrónica. A él se suma el automático de doble embrague con siete velocidades que está disponible en la versión más potente.

Asociados a la nueva mecánica 1.0 el Kia Rio estrena un selector de modos de conducción con los programas Eco, Sport y Normal que ayudan a modular el rendimiento del coche. El resultado son unos consumos ajustados -5,1 l/100 km en el 100 CV- y unas prestaciones que garantizan dinamismo y diversión al volante.

Todo eso se pone de manifiesto en nuestro recorrido, donde el Rio muestra un funcionamiento muy agradable, dinámico y ligero, como buen utilitario. El cambio iMT soprende por el tacto de la palanca y también por su funcionamiento 'inteligente' en el que descubres cómo, en cuanto levantas el pie del acelerador, comienza a regenerar energía para reducir consumos.

El Rio es cómodo de suspensiones, tal como se espera de un utilitario para un uso diario. Los frenos cumplen y la dirección es precisa, aunque tal vez un tacto algo más firme le vendría bien. En autovía muestra brío; y en curvas aplomo y dinamismo.

El remate para el éxito: un precio muy ajustado con todos los descuentos y los 7 años de garantía clásicos de la marca. Con tres acabados -Concept, Drive y GT Line-, la marca propone además unos paquetes de equipamiento para completar la dotación de cada una de las versiones. Los precios oscilan, con descuentos promocionales y financiación, entre los 10.900 euros del Kia Rio 1.2 DPi 84 CV Concept y los 18.621 que cuesta el Kia Rio 1.0 T-GDI MHEV 120 CV 7DCT GT Line.