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Conducimos el nuevo Suzuki Jimny. No me llames SUV

Puede que estemos ante uno de los modelos de más larga vida del mercado, porque el Suzuki Jimny está a punto de cumplir 50 años (la primera generación es de 1970). Pero sobre todo hablamos de la duración de la tercera generación que lleva 20 años en el mercado prácticamente sin cambios.

Por eso ya tocaba que la marca japonesa volviera a sentar las bases de lo que ellos entienden por un pequeño todoterreno. Porque en realidad, ahora que todo el mundo apuesta por los SUV, de estética poderosa pero capacidades aventureras más limitadas, en Suzuki han creado un nuevo Jimny con el ADN de su historia; es decir, un auténtico 4×4.

Esa es la principal fuente de diferenciación respecto a los modelos de la competencia. El que busque otro SUV aquí no lo va a encontrar. El que piense en un modelo urbano y maniobrable en ciudad pero que no le tiene miedo a 'subirse por las paredes', ya puede dirigir su mirada a este pequeño Suzuki. Porque posiblemente no hay otro modelo en el mercado con sus características.

Urbano, pero poco

Para empezar, un tamaño de lo más ajustado; incluso es cinco centímetros más corto que el anterior (mide 3,645 metros) que le hace ideal para callejear por la ciudad por sus dimensiones exteriores pero también por la altura a la que va situado el conductor y que le permite otear por encima el tráfico urbano.

Pero posiblemente ahí se acaben las virtudes como modelo estrictamente urbano del Jimny… Y empiecen las que ofrece fuera de la carretera, como un pequeño todoterreno. Porque frente a sus rivales urbanos cuenta con limitaciones como las dos puertas laterales -que hacen muy complicado el acceso a la segunda fila de asientos– el escaso espacio disponible atrás y también un maletero que, aunque afirman que tiene ahora 377 litros (53 más que el anterior) no hemos sido capaces de encontrarlos, salvo, tal vez, si ponemos el respaldo de la segunda fila totalmente vertical en un ángulo de 90 grados con la base del asiento.

Claro que si hablamos de sus virtudes aventureras, la cosa mejora. Por ejemplo, en el interior se pliegan los respaldos de los asientos delanteros y traseros y todo el interior se convierte en una superficie lisa en la que se puede dormir. O esos mismos respaldos están realizados en material plástico fácilmente lavable con solo darle un manguerazo.

Construcción de TT clásico

También parece pensado como todoterreno si nos fijamos en sus características técnicas: su chasis de escalera, su supensión rígida de tres puntos con muelle helicoidal y, sobre todo, su tracción total a las cuatro ruedas con reductora. Eso unido a su diseño cuadrado y a unos ángulos de ataque de 37 grados, un ángulo central de 28 grados y un ángulo de salida de 49 grados hacen que el Jimny se muestre como pez en el agua fuera de carretera.

Además, para mejorar las capacidades dinámicas, se utiliza un nuevo motor de 1,5 litros de cilindrada (frente a los 1,3 de la anterior generación) que ofrece 102 caballos de potencia y un par máximo de 130 Nm a 4.000 vueltas (frente a los 85 caballos y los 110 Nm a 4.100 rpm del anterior). Para gestionarlo, dispone de un cambio manual de cinco velocidades o uno automático con cuatro relaciones. Y todo ello con una mayor eficiencia, ppues el consumo medio baja 3 décimas (de 7,1 a 6,8 l/100 km) en la versión manual.

El carácter aventurero también se aprecia en un interior robusto con un panel de instrumentos que cuenta con un acabado resistente a los arañazos y a las manchas. Botones y manillas son fácilmente manejables tanto en condiciones off-road como si se usan guantes para conducir. Y dispone de los últimos avances en sistemas de infoentretenimiento, con una pantalla táctil de 7 pulgadas a través de la cual se puede conectar tu smartphone.

Y dispone también de los últimos avances en seguridad (aunque estos no le han permitido pasar de las tres estrellas en las pruebas de EuroNCAP, sobre todo debido a los datos obtenidos en la prueba de peatones). De serie dispone de Suzuki Safety Support con sistema de frenada de emergencia, alerta de cambio de carril o alerta anti-zigzagueo, así como asistente de luces de largo alcance. Además, suma sistema de reconocimiento de señales de tráfico por primera vez en un Suzuki.

Divertido fuera de carretera

En marcha, el nuevo Jimny es fiel a lo que anuncia su imagen. Se mueve bien en el tráfico urbano por sus contenidas dimensiones, va bien en carretera y se desata fuera de ella. Su motor es agradable y el cambio correcto; pero la dirección demasiado suave -propia de un TT- lo que nos obliga a ir corrigiendo trazada permanentemente. Además su fisonomía lo hace sensible al viento lateral.

Sus 102 caballos mueven bien el conjunto, pero no está pensado como un rodador y en carreteras y autovía, cuando llegamos a los 120 km/h la sonoridad interior se hace casi molesta. Pero en campo se quita la espina y en un exigente recorrido off road, nos demuestra de lo que es capaz… que es mucho. Y lo que ha convertido el nombre de Jimny en sinónimo de todoterreno. Algo que se mantiene en esta cuarta generación.

El Jimny llega al mercado dispuesto a seguir marcando su territorio en estos tiempos de SUV. Y lo hace con una gama formada por tres acabados, un único motor y dos tipos de cambio. Y precios, sin ningún tipo de descuento ni promoción, que oscilan entre 17.000 y 20.820 euros.