No recordamos muchos coches que lleven a la venta casi una década con contadas modificaciones mecánicas y estéticas, caso del Porsche Macan, un SUV deportivo que vio la luz en el Salón de Los Ángeles de 2013, y del que al igual que la primera generación podemos afirmar que es el más eficaz, rápido y divertido de su segmento. Durante estos años hemos llegado a ver hasta una variante diésel del mismo, algo que no volverá a suceder jamás porque como indica el propio fabricante estamos ante el último Macan con motor térmico, o lo que es lo mismo, el próximo Macan será eléctrico.
En su momento el Macan, derivado de un prototipo denominado Cajun, fue desarrollado a partir del bastidor del Audi Q5 de aquel momento, aunque con modificaciones muy profundas que hicieron de él otro coche, dotado de un ADN radicalmente Porsche.
En el mes de julio de este mismo año la marca lanzó esta actualización, la tercera hasta el momento tras la del 2019 y la del 2016, que introduce ligeras modificaciones estéticas y de equipamiento, así como actualizaciones en materia de potencia que no afectan al que sigue siendo la referencia entre los SUV, con permiso de su hermano mayor el Cayenne.
Hasta el momento se han vendido 600.000 unidades del quepara el 80% de los compradores supone el acceso a la marca Porsche, toda una referencia de la importancia del modelo en materia de volumen de ventas.
Cambia de piel
Estéticamente los cambios son más bien sutiles, con un paragolpes delantero y trasero ligeramente rediseñados y una moldura lateral longitudinal denominada Sideblades, a imagen de los airbumps de Citroën, aunque en este caso más elegantes y con efecto tridimensional. Llegan además tres nuevos colores de carrocería; Azul Gentian, Verde Pitón y Papaya.
En el interior los cambios son más significativos, pues desaparecen la botonería física de la consola central que es sustituida por los tradicionales pulsadores tipo sensor que la firma utiliza en el resto de sus modelos desde hace ya tiempo, la verdad es que el funcionamiento nos gusta por precisión y facilidad de manejo. Estrena también nuevo volante de diseño 911 y nueva palanca de cambios. Dos nuevas molduras cromadas en el salpicadero completan el cambio. El cuadro de relojes sigue siendo analógico, precioso bajo nuestro punto de vista. Y el reloj del salpicadero del pack Sport Chrono pasa ser de serie en toda la gama.
Capítulo especial merece el acabado GTS, con carrocería 10 milímetros más baja, faros delanteros y traseros tintados en negro, cuatro salidas de escape configuradas de dos en dos y negras, spoiler posterior y molduras negras en los paragolpes. Además podemos añadirle el pack GTS Sport que añade butacas deportivas con 18 reglajes, color exclusivo Verde Pitón y llantas de 21 pulgadas.
La gama queda compuesta por el Macan de acceso a la gama, que ahora incrementa su potencia en 20 caballos hasta los 265 y el par en 30 Nm hasta los 400, todo ello le permite hacer un 0-100 km/h de 6,2 segundos, con una punta de 232 kilómetros, 7 más que antes.
Por encima se posiciona el S, con 380 caballos (26 más), 520 Nm de par (40 más) y un 0-100 km/h de 4,6 segundos y una velocidad máxima de 259. Por último el GTS sube de potencia 60 caballos hasta los 440 para sustituir al Turbo, con un 0-100 km/h de 4,3 y una punta de 272 km/h.
Durante nuestra toma de contacto hemos podido conducir tanto el 4 cilindros de acceso como el GTS. El primero con suspensión tradicional y el segundo con neumática PASM. El Macan de acceso nos ha sorprendido gratamente sobre todo en modo normal de conducción, pues entrega potencia más que suficiente para llevar un ritmo de conducción elevado. Sin duda nos ha demostrado una puesta a punto que no defrauda en absoluto respecto a las referencias que teníamos. Es cierto que sólo al activar el modo Sport esperábamos algo más de empuje bajo el acelerador, pero la potencia y el peso marcan los límites.
Precisamente es el GTS el que nos ha dejado plenamente satisfechos tanto por el excelso comportamiento del chasis con suspensión neumática como por el empuje contundente y sostenido del motor que nos hace no echar de menos la desaparición del GTS. El Macan sigue siendo la referencia a batir entre los SUV, tanto por tacto de dirección como por el citado empuje y por una puesta a punto de la tracción integral que da siempre prioridad al tren trasero. Es como si estuviéramos al volante de un coche mucho más bajo y pequeño de lo que realmente es. Todo ello ayudados por el tradicional cambio PDK de ritmo vertiginoso en su funcionamiento y por una dirección rápida y muy precisa. En materia de frenos y como es tradición en la firma tenemos 3 opciones; acero, acero bañados en tungsteno o cerámicos
El precio de venta está entre los 68.540 euros del básico y los 102.427 del GTS, pasando por los 83.460 del S.
Sólo nos queda esperar a ver lo que nos depara en un futuro no muy lejano el inminente Macan eléctrico….