Seat vive posiblemente el mejor momento de su historia; por fin tiene un papel destacado en el Grupo Volkswagen, recibe renocimientos internacionales, ha alcanzado la rentabilidad y, sobre todo tiene una gama de productos que triunfan y de un nivel de calidad o tecnología como nunca se había visto.
A esa subida en la categoría de productos han contribuido, sin duda, los clásicos -con el Ibiza y el León a la cabeza-, pero sobre todo su ofensiva en la gama SUV, con la llegada del Ateca y, posteriormente del Arona. Es cierto que Seat llegó tarde al segmento de los todocamino; pero lo ha hecho con argumentos. Y ahora lo remata con el Tarraco, el tope de la gama Seat que acabamos de conducir durante la presentación internacional del coche en Barcelona.
El Tarraco no solo es tope de gama porque sea el modelo más grande de los que ofrece Seat. Lo es, sobre todo, porque con él la marca española ha querido dar un paso más para situarse más cerca de los modelos y las marcas premium. Se puede decir, por lo tanto, que no es solo un Ateca largo; sino un Ateca mejorado… Lo que ya es decir.
Mucho más que un Ateca grande
Porque en el Tarraco no se ha escatimado en nada. Si nos centramos en sus características como coche familiar, destaca por su gran habitabilidad y su enorme modularidad. Puede contar con hasta siete plazas -las dos últimas, como ocurre en sus 'primos' Skoda Kodiaq o Volkswagen Tiguan Allspace para uso ocasional y preferiblemente por niños-, con una segunda fila de asientos deslizable hasta 18 centímetros, lo que permite modular el espacio a la perfección -con un conductor de 1,75 al volante, detrás, en la posición más adelantada del asiento, otro pasajero de 1,75 viajará con una correcta distancia a la altura de las rodillas- o un maletero que en los Tarraco de 5 plazas ofrece unos imponentes 760 litros de capacidad y en los de 7 plazas, con estas escondidas, se queda en unos estupendos 700 litros.
Si hablamos de tecnología, el buque insignia de Seat ofrece dispositivos a su altura; sobre todo si nos fijamos en los cada vez más importantes sistemas de asistencia y ayuda a la conducción. De serie o en opción, dispon de todos los asistentes que ahora mismo están disponibles en el Grupo Volkswagen, desde el de cambio involuntario de carril o el de frenada automática de emergencia Front Assist con reconocimiento de peatones y ciclistas hasta el detector de ángulo muerto, el reconocimiento de señales, el asistente de atascos, el control de crucero adaptativo, el encendido automático de luces, el asistente de emergencia, la llamada de emergencia automática o el asistente de precolisión y detección de vuelco.
Tampoco le falta nada en ese campo cada vez más demandado de los sistemas de comunicación y entretenimiento. Dispone de una pantalla de 8 pulgadas semiflotante -no va integrada en el salpicadero como ocurre en el Ateca, sino que sobresale ligeramente de este-, ofrece un cuadro de instrumentos digital y configurable, con una pantalla de 10,25 pulgadas o estrena en la marca el sistema Navi Plus con control gestual. Además de otros dispositivos tecnológicos como el aparcamiento semiautomático, la cámara 360 grados o el portón eléctrico accionado por control gestual.
Comportamiento dinámico con el ADN de Seat
Por supuesto, en Seat no olvidan que cualquiera de sus modelos debe tener un comportamiento dinámico a la altura. Por eso,también aquí el Tarraco es mucho más que un simple Ateca alargado. Para mejorar su rendimiento ha pasado por las manos del Centro Técnico de Seat que le ha dotado de ese comportamiento muy dinámico que es habitual en los modelos de la marca española; con un cierto aire deportivo. Y se ha trabajado para que, además de sorprender en carretera, fuera de ella se atreva sin problemas con obstáculos complicados.
En carretera tiene un cierto aroma de gran GTI, con un tacto y aplomo envidiables (sobre todo si pensamos en un coche de más de 4,7 metros de longitud); y en el campo, su mayor altura y la solidez de su chasis lo convierten en un devoraobstáculos.
La guinda a esta apuesta de Seat viene de la mano de una gama de motores con lo mejor que ahora mismo hay en la marca española. Hablamos de dos alternativas en gasolina y dos en diésel. El acceso a la gama de gasolina viene con el motor 1.5 TSI de 150 caballos, con cambio manual de seis marchas y tracción delantera. Por encima se sitúa el 2.0 TSI con 190 caballos, tracción total y cambio automático DSG de doble embrague y siete marchas.
En diésel, las alternativas son el 2.0 TDI con 150 caballos y dos variantes: tracción delantera y cambio manual de seis marchas o tracción total 4Drive y cambio DSG. Y el tope de la gama es el 2.0 TDI de190 caballos con tracción total y cambio DSG de siete relaciones.
Son todos ellos motores potentes, con un rendimiento a la altura de un modelo de esta envergadura por tamaño y por peso, pues hablamos de un peso del Tarraco entre 1.599 y 1.845 kilos en función de la versión.
Aplomo y carácter
Nuestro recorrido parte del aeropuerto de Barcelona y se adentra por las intrincadas carreteras del interior. Un tramo exigente que hacemos a los mandos de la versión tope en gasolina. El 2.0 TSI de 190 caballos, con cambio DSG y el acabado Excellence nos da una idea de lo que pretende Seat con este Tarraco. Para empezar, un nivel de refinamiento y calidad de acabados y materiales -tanto al tacto como a la vista- que culmina la evolución de la marca en este aspecto.
En marcha muestra un excelente aplomo y empuje; así como un tacto muy deportivo, que nos recuerda en muchos casos al Ateca, aunque llevamos 37 centímetros más de coche. Un motor muy suave y un cambio magnífico hacen una magnífica pareja, y el conjunto cambio-frenos-suspensiones ofrece el ADN clásico de Seat. Como buen tracción total dispone de seis modos de conducción que se seleccionan con una ruedecita al lado del cambio. En el Sport muestra más carácter, pero el modo Normal es el que mejor se adapta a la filosofía más familiar del coche.
Nuestra siguiente elección es el 2.0 TDI de 150 caballos con cambio automático y tracción total. Hacemos con él un recorrido de montaña de 35 kilómetros en el que nos gusta el excelente rendimiento del motor y su empuje desde bajas revoluciones y también su escasísima sonoridad interior (gran trabajo en este aspecto). Las prestaciones están a la altura del 190 de gasolina y los 150 caballos no son escasos para un modelo de este tamaño, aunque hay que tener en cuenta que en su interior solo iban dos pasajeros. Sobresaliente.
Y acabamos la jornada con la versión de acceso a la gama del Tarraco, el 1.5 TSI de gasolina con 150 caballos, tracción delantera y cambio manual. Una combinación, a priori, con menor armas para convertirse en la opción ideal para el Tarraco. Y efectivamente, se le nota menos empuje a bajas vueltas, lo que será un handicap si viajamos cargados de equipaje o de pasajeros. Pero si lo que buscamos es un rodador por autovías o carreteras de doble sentido y buen asfalto y no nos adentramos habitualmente por carreteras de montaña, de repente este 1.5 TSI cobra mucho sentido. Buen rodador, suave y silencioso, con un cambio manual de agradable manejo, cuenta con otro encanto añadido; su precio.
Porque los 32.650 euros que cuesta la versión 1.5 TSI de 150 CV, cambio manual y tracción delantera y a falta de conocer el resto de precios de la gama- son una cifra más que razonable para los que busquen un vehículo familiar con aires aventureros, pero sin necesidad de que nos tengamos que echar al monte con él cada día.
Como hemos dicho antes, Seat culmina su gama con el Tarraco; y además se pone el listón muy alto; pero como están en su mejor momento, que nadie dude de que serán capaces de hacerlo.