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Conducimos el Volvo S60. Made in USA

«El nuevo S60 es uno de los automóviles Volvo más emocionantes que hemos fabricado», decía Hakan Samuelsson, presidente y director ejecutivo de Volvo Cars. «Es un automóvil para el verdadero disfrute del conductor que nos da una posición sólida en los mercados de sedanes de Estados Unidos y China, creando más oportunidades de crecimiento para Volvo Cars». Con estas palabras se presentaba en sociedad hace unas semanas el S60, una berlina de 4,76 metros de largo (un Audi A4 mide 4,73), que va mucho más allá de lo que supone el lanzamiento de un nuevo modelo ya que, por varias razones, significa el inicio de una nueva etapa en la trayectoria de la marca sueca.

Para empezar, el nuevo S60 se fabrica en los EEUU y con toda probabilidad también se fabricará en China el año que viene. Es la primera vez que Volvo produce en los Estados Unidos, en este caso en Charleston, Carolina del Sur, donde la marca ha invertido 1.100 millones de dólares y dónde llegará a crear hasta 4.000 puestos de trabajo a medida que la producción alcance el ritmo de crucero. En esta factoría se fabricará además, el sustituto del XC90 que ya se aprovechará de la plataforma SPA II. Pero de momento el nuevo S60 comparte la plataforma de la Arquitectura de Producto Escalable (SPA), la tecnología de seguridad y el sistema de información y entretenimiento de Volvo Cars con el nuevo V60 lanzado a principios de este año, así como con la Serie 90 y el XC60, y todos han alcanzado las más altas calificaciones de seguridad lo que hace que el nuevo S60 sea uno de los modelos más seguros de su segmento.

Solo en gasolina

El nuevo S60 llegará a España la próxima primavera y al principio se venderá solo con el motor T5 de 250 CV, tracción delantera y cambio automático de 8 marchas. Pero entre julio y diciembre de 2019 irán llegando más versiones. Hablamos del T4 de 190 CV, del T6 de 316 CV y de los dos híbridos enchufables: el híbrido enchufable AWD T6 Twin Engine que genera 340 CV de potencia combinada total, y el híbrido enchufable AWD T8 Twin Engine, que entrega 400 CV. Adicionalmente habrá un T8 preparado por Polestar, la división deportiva de Volvo y también marca ya independiente con dos modelos en cartera pendientes de comercialización. Esta versión Polestar del T8 contará con 415 caballos y unas características específicas para darle un aire y un tacto más deportivo a este sensacional Plug in. Los 15 caballos extra vienen de una reprogramación de la centralita del motor, pero además el T8 Polestar lleva una suspensión especifica regulable, unas ruedas de mayor tamaño y unos frenos sobredimensionados desarrollados junto a Brembo.

¿Y los diésel? Pues este sería otro de los cambios de rumbo que ha tomado Volvo. El nuevo S60 es el primer automóvil de la marca sueca que se va a vender sin un solo motor diésel en su gama. Esta maniobra tiene su razón de ser en que los principales mercados para este coche como son EEUU y China no quieren diésel ni en pintura. Pero también, se trata de una estrategia mundial en base a su compromiso con la electrificación y un futuro a largo plazo más allá del motor de combustión tradicional. En 2017, Volvo Cars fue el primer fabricante mundial de automóviles en anunciar una estrategia que pasaba por electrificar todos los nuevos modelos que saliesen a partir de 2019. De hecho Volvo ya ha confirmado que entre 2019 y 2021 lanzará 5 modelos totalmente eléctricos, tres de Volvo y dos de Polestar. Y la implicación en este proyecto es tan grande que la marca asegura que en 2025 la mitad de las ventas de Volvo en el mundo será de versiones eléctricas puras.

Versión Polestar con 415 caballos

Por eso gran parte de los kilómetros recorridos durante la toma de contacto en las carreteras de los alrededores de Los Ángeles, se han realizado con la versión T8 Polestar de 415 CV con especificaciones deportivas propias de esta división de Volvo. Pocos van a notar los 15 caballos extra de potencia respecto a un T8 «normal» en un despliegue tan intenso de potencia y par como el que muestra esta combinación de motor de gasolina de 4 cilindros, con compresor volumétrico, turbo y la ayuda del motor eléctrico. Sin embargo sí que los futuros clientes van a disfrutar de una estética deportiva y sofisticada; unas ruedas de 19 pulgadas de serie o 20 pulgadas opcionales, con llantas de diseño específico; una suspensión rebajada 12 mm; unos amortiguadores con tecnología exclusiva Dual Flow Valve de la firma Ohlins, que se pueden regular mediante una rosca en la parte superior junto a la barra que une los amortiguadores y que añade rigidez al chasis; y un equipo de frenos desarrollado con Brembo con seis pistones y una eficacia sobresaliente en las más duras condiciones de trabajo propias de unas berlina de altas prestaciones.

Aunque también con un tacto algo desagradable que impide modular perfectamente una detención suave y progresiva, algo por otra parte muy habitual en las versiones híbridas con frenos regenerarivos. A la hora de hablar de prestaciones, el T8 Polestar acelera de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos, dos décimas más rápido que el T8 sin el toque mágico de Polestar pero homologando el mismo consumo de 2,1 l/100 km en el nuevo ciclo WLTP. Ajustándonos a este mismo ciclo, el S60 T5 de 250 CV y tracción delantera ha homologado un consumo de 7,2 l/100 km; mientras que el T6 de 316 CV y tracción total ha homologado su consumo medio en 8,0 l/100 km. Volvo no ha comunicado datos del resto de motores, pero las conocidas son cifras en general muy ajustadas respecto a la competencia.

Comportamiento deportivo

Al volante, tanto el S60 T8 Polestar como el S60 T6 R, el otro modelo probado durante la toma de contacto, ofrecen un aplomo de gran categoría, incluso diríamos que un tacto de coche más grande, con una dinámica precisa y eficaz que lógicamente se incrementa en la versión Polestar debido a su puesta a punto más deportiva. En este sentido sorprende que sin tener que recurrir al sistema de suspensión Chasis Four-C regulable desde el cuadro de instrumentos, el T8 Polestar ofrezca un toque deportivo y un paso por curva rápido e imperturbable sin sacrificar la comodidad exigida en un sedán Premium. El secreto está claramente en un esquema de suspensiones muy elaborado que incluye eje trasero multibrazo con traviesa de fibra, unido a unos amortiguadores Ohlins (a los que ya recurrían los S y V60 Polestar anteriores e incluso el Lamborghini Aventador) que funcionan conforme a una curva de trabajo regulable unido a una respuesta rápida y nada incomoda ante pequeños baches y más firme y rápida en fuertes apoyos.

La suspensión no se puede regular desde el cuadro, ni falta que hace, pero si se trata de seleccionar el tipo de respuesta ideal, el T8 ofrece cinco modos de conducción diferentes: AWD Constante, que obliga al motor eléctrico situado en el trasero a mover las ruedas de ese eje convirtiendo al S60 en un tracción total permanente; el Pure, que es el modo eléctrico puro mientras haya carga y autonomía en modo eléctrico; el modo Hybrid, que es el recomendable en una utilización cotidiana y el ordenador va eligiendo de forma automática qué uso hace de los recursos del coche; el modo Individual, que permite seleccionar preferencias de conducción personales; y por último el modo Power, que permite realizar una conducción más deportiva. Además, el cambio automático de 8 marchas con levas en el volante, cuenta con un modo B (de Break-gear) que se recomienda utilizar en bajadas prolongadas y que permite regenerar mucha energía para recargar la batería.

Aunque todavía no se ha homologado en Europa, tanto el T8 Twin Engine 4WD como el T8 Polestar anuncian una autonomía en modo eléctrico de más de 45 km, y tardan en cargarse entre 3 y 7 horas en función del tipo de amperaje. Son pues unos modelos que en España tienen derecho a la etiqueta Cero de la DGT lo que no deja de ser una ventaja interesantísima de cara a circular sin problemas en días de alta contaminación.

Seguridad de vanguardia y con primicia

En el ámbito de la seguridad el nuevo S60 tiene el equipo más ambicioso del segmento e incluso del mercado, incluida la tecnología City Safety con Autobrake, que ayuda al conductor a evitar posibles colisiones, siendo el único sistema en el mercado que reconoce peatones, ciclistas y animales grandes. Pero el S60 ofrece una primicia mundial para el segmento de berlinas de tamaño medio. Y es que este City Safety añade ahora una función que activa el frenado automático para reducir las colisiones de modelos que se aproximan de frente, con una reducción de la velocidad antes del alcance de aproximadamente 10 km/h.

Además, el sistema de control de velocidad con asistencia opcional, que apoya al conductor con la dirección, la aceleración y el frenado en carreteras bien señalizadas hasta 130 km / h, ha evolucionado con un rendimiento mejorado en las curvas.

El Volvo S60 ofrece cuatro muy buenas plazas y una quinta algo más incomoda debido al generoso túnel central. La cota de altura en las plazas traseras sorprende porque sobran centímetros aunque el pasajero sea de talla elevada. Y lo mismo ocurre respecto al espacio para las piernas en las plazas traseras. Una zona del coche muy holgada en la que se respira amplitud y confort. El maletero cúbica 442 litros si se aprovecha el doble fondo porque el coche vaya provisto de kit de reparación, y 392 litros si se recurre a una rueda de repuesto de emergencia.

En el interior del S60 se respira calidad Premium al más alto nivel, señal de que la fábrica de Carolina del Sur ha adoptado los más altos estándares de calidad para este modelo. Calidad en ajustes y en materiales, y una presentación que hereda las coordenadas vistas en los últimos Volvo en cuanto a ergonomia y facilidad de uso. En definitiva, un Volvo Made in USA con argumentos suficientes para conquistar el mercado chino y estadounidense y una gran imagen por seguridad y tecnología híbrida para seguir convenciendo a unos europeos cada vez más presionados por las normas anticontaminación y deseosos de coches divertidos y con personalidad. El precio para España no se conocerá hasta el mes de enero.