El tráfico es más que una cuestión de carreteras y vehículos: también involucra nuestras emociones y comportamientos. Conducir puede ser una experiencia placentera, pero para muchos, se convierte en una fuente significativa de estrés y ansiedad, lo que a menudo lleva a episodios de agresividad. Para analizar y comprender estos fenómenos, Bipi, la compañía de suscripción de vehículos, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, ha realizado el primer estudio neurocientífico sobre los hábitos de conducción y cómo estos impactan en la ansiedad y agresividad de los conductores.
Este innovador estudio será presentado durante la Semana de la Movilidad el próximo miércoles 18 de septiembre, en un evento que reunirá a destacados expertos del sector. Entre los participantes figuran Marion Roberts, coordinadora del Laboratorio de Neuromarketing de la Universidad Complutense, Patricia Pérez, psicóloga del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, y Rubén Sosa, instructor experto en técnicas de respiración y mindfulness.
2Ansiedad al volante: un problema creciente
La ansiedad también juega un papel crucial en la experiencia de conducción. Si bien muchas personas pueden experimentar pequeñas dosis de ansiedad de manera ocasional al volante, otros la viven de manera más constante, lo que afecta su habilidad para reaccionar de manera adecuada ante situaciones cotidianas en la carretera. Según investigaciones previas, la ansiedad al volante puede estar relacionada con factores como el miedo a accidentes, la conducción en áreas desconocidas o la percepción de riesgo en condiciones adversas.
Estudios generales han mostrado que las personas que sufren de ansiedad constante al volante tienden a sobreanalizar las situaciones de tráfico, lo que los hace más propensos a experimentar sobrecargas emocionales. En este sentido, el evento de Bipi también se centrará en soluciones prácticas.
