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Conducir con calor: estos son los riesgos a los que te enfrentas


Se anuncian altas temperaturas para los próximos días y, por supuesto, los próximos meses. La ola de calor llega en el momento de mayor número de desplazamientos por carretera. Y se convierte en un factor más de riesgo, en un nuevo elemento que puede generar accidentes. Hay riesgos que con el calor se multiplican y otros que, directamente, aparecen cuando las temperaturas son altas. Conducir con calor requiere de más precauciones.

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Imagen del interior de un modelo de Peugeot. PEUGEOT (Foto de ARCHIVO) 17/7/2020

Por eso, es conveniente que sepamos las circunstancias con las que nos vamos a poner en carretera; que identifiquemos los posibles problemas y que tomemos precauciones para que el viaje en verano –ya sea el de vacaciones o los desplazamientos cotidianos- sea con total seguridad y sin sobresaltos.

Porque a los riesgos que podemos considerar habituales cada vez que nos ponemos al volante: controlar la velocidad, hacer paradas para descansar, comer de manera ligera cuando nos vamos a poner al volante o, por supuesto, no beber alcohol, cuando se le unen unas temperaturas elevadas, el peligro se multiplica.

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Se multiplican los peligros al conducir con calor

¿Qué sucede cuando no hay señales de ningún tipo?

Y es que el factor de la temperatura amplifica las consecuencias y los síntomas de esos otros comportamientos que pueden aumentar los riesgos al volante. Porque el calor está implicado de una manera más o menos directa en el 17 por ciento de los accidentes de tráfico. Su intervención provoca la disminución del tiempo de reacción al volante y eso directamente influye en el riesgo de cometer errores cuando conducimos.

Hay estudios que cuantifican los problemas por las altas temperaturas. Por ejemplo, si la temperatura en el interior del coche se sitúa entre los 35 y los 40 grados, el conductor puede dejar de percibir entre el 15 y el 20 por ciento de las señales de tráfico. Y eso hará que los errores al volante puedan llegar a crecer hasta un 35%.

Para explicarlo de una manera más gráfica, conducir con una temperatura excesiva en el interior del coche puede provocar en el conductor los mismos síntomas que si se hubiera tomado cinco cervezas.

Porque el calor, además, de captarlo en la superficie de nuestro cuerpo, con las incomodidades que eso puede provocar, afecta directamente a una parte fundamental de nuestro cerebro: el hipotálamo. Así lo afirma el doctor Fulgencio Molina Zapata, jefe del servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Murcia: «El exceso de temperatura que captamos en nuestra superficie corporal se transmite a un área de nuestro cerebro, el hipotálamo. Esta glándula, además de regular nuestra temperatura corporal, cumple otras funciones como el control de nuestros estados de ánimo, modula el sueño y permite la capacidad de reacción ante ciertas circunstancias inesperadas».

Y es ahí donde pueden empezar los problemas causados y asociados directamente a los efectos del calor: fatiga, cansancio, somnolencia, un mayor índice de agresividad y una bajada en el nivel de concentración.

Un estudio de la Fundación Línea Directa y Fesvial añade un punto más de riesgo en los accidentes generados por la somnolencia y la falta de descanso. En estos casos se duplica el riesgo de morir en un siniestro. Según los datos del estudio el 1,9 por ciento de los accidentes convencionales terminan con al menos un fallecimiento; pero si hablamos de accidentes provocados por la somnolencia este porcentaje se eleva hasta el 3,9 por ciento.

Pero siendo importante identificar los peligros y los riesgos del calor, lo fundamental es buscar y ofrecer soluciones a esos riesgos. Para tener unas vacaciones agradables y seguras estas son nuestras recomendaciones.

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