Conducir es una actividad que realizamos a diario, ya sea para ir al trabajo, llevar a los niños a la escuela o simplemente desplazarnos de un lugar a otro. Sin embargo, para muchos, el acto de conducir puede sacar a relucir lo peor de su carácter. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué es lo que hace que nos comportemos de manera diferente cuando estamos detrás del volante?
En este extenso análisis, exploraremos las razones detrás de por qué conducir puede sacar nuestro peor carácter y cómo podemos abordar este fenómeno.
3La teoría de la Frustración-Agresión
La teoría de la frustración-agresión sugiere que la agresión es una respuesta natural a la frustración. Cuando nos sentimos frustrados por situaciones fuera de nuestro control, como el tráfico o el comportamiento de otros conductores, es posible que canalizemos esa frustración en forma de agresión mientras conducimos.
Por ejemplo, si estamos tratando de cambiar de carril y otro conductor nos impide hacerlo, podemos experimentar una sensación de frustración que nos lleva a reaccionar de manera agresiva, como tocando la bocina o haciendo gestos obscenos. Esta agresión puede intensificarse aún más si percibimos que el otro conductor está actuando de manera intencional o maliciosa.