Detrás del volante y cada conductor, se entrelazan supersticiones arraigadas, picaresca ingeniosa y hábitos curiosos que influyen en cómo los conductores abordan las carreteras. Estas influencias, a menudo pasadas por alto, pueden afectar significativamente el comportamiento de los conductores y, en última instancia, la seguridad vial.
Ahora el conductor actual debe lidiar con las nuevas normativas y ayudas a la conduccion. El Autopilot de Tesla, el sistema de conducción asistida, ha generado inquietud tras más de 700 accidentes en Estados Unidos, según informe del Washington Post. A pesar de sus funciones avanzadas, clasificadas en nivel 2 de autonomía, los incidentes plantean dudas sobre su fiabilidad y la responsabilidad del conductor. La controversia refleja el delicado equilibrio entre tecnología automotriz y seguridad vial, desafiando la regulación y la ética en el desarrollo de la conducción autónoma.
1Un Tesla sin conductor
El sistema de conducción asistida Autopilot de Tesla ha sido objeto de un intenso escrutinio y debate desde su introducción en 2015 junto con los primeros modelos de vehículos eléctricos de la compañía. Este conjunto de funciones avanzadas, clasificado como nivel 2 de autonomía, ofrece una gama de asistencias al conductor, desde el centrado en el carril hasta el estacionamiento automático, que pretenden hacer que la experiencia de conducción sea más segura y cómoda.
Sin embargo, a pesar de las promesas de seguridad y eficiencia, el Autopilot ha sido objeto de críticas debido a una serie de accidentes en los que se ha visto implicado. Un informe reciente del Washington Post, basado en datos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA), ha revelado que se han producido al menos 736 accidentes en Estados Unidos atribuidos al Autopilot.