El caso de un conductor de VTC que se negó a transportar a una persona ciega con su perro guía, justificándose en razones religiosas, abre un debate crítico sobre los derechos de las personas con discapacidad frente a las creencias religiosas de ciertos profesionales del transporte. En este contexto, es esencial conocer las normativas que garantizan la igualdad de acceso para las personas con discapacidad visual y sus perros guía.
3Casos mediáticos y la necesidad de sanciones
El caso de Jonatan Armengol, un periodista ciego que ha sido objeto de repetidas discriminaciones cuando intenta acceder a servicios de transporte con su perro guía, ha generado una mayor visibilidad sobre este problema. Armengol ha denunciado en múltiples ocasiones que conductores de taxis y VTC rechazan transportar a su perro guía, a pesar de la ley. Este tipo de situaciones no solo son violaciones de la normativa, sino que también atentan contra la dignidad y autonomía de las personas con discapacidad visual.
Es crucial que las plataformas de transporte, como Uber o Cabify, asuman la responsabilidad de informar adecuadamente a sus conductores sobre las obligaciones legales y religiosas en un entorno plural. La negativa a transportar a una persona con perro guía no solo debería aplicar sanciones a nivel individual, sino también medidas correctivas más amplias por parte de las empresas que gestionan estos servicios.
