A veces, la realidad supera a la ficción. Lo que le ocurrió a Yanelly Guzmán en Cape Coral, Florida, parece sacado de una comedia absurda, pero fue tan real como costoso. En la pasada Nochebuena, la conductora se dirigía a su trabajo en TJ Maxx cuando tuvo un leve accidente con su Toyota RAV4 mientras intentaba estacionar. Lo que empezó como un simple roce con una rama terminó con una acusación de atropello y fuga, una noche en la cárcel y miles de dólares en gastos legales.
Todo sucedió cuando Guzmán, al estacionar, sintió una leve presión en el techo de su vehículo. Al dar marcha atrás, vio que había golpeado una rama baja de un árbol. Un incidente menor, de esos que cualquiera podría considerar parte del día a día al volante. Pero sus compañeros de trabajo le sugirieron informar del hecho a la policía para evitar problemas con el seguro. Lo que nunca imaginó fue que este simple acto desataría una serie de acontecimientos dignos de un sketch de Saturday Night Live.
¿Qué le dijo la policía a la conductora del Toyota para justificarse?
Cuando Guzmán contactó con la policía de Cape Coral, la respuesta del agente fue tan insólita como desconcertante: debería haber dejado una nota en el árbol con su nombre, teléfono y matrícula, como si se tratara de un peatón atropellado. Antes de que pudiera procesar la sugerencia, Guzmán fue detenida y acusada formalmente de atropello y fuga. Esa noche la pasó tras las rejas y solo pudo recuperar su libertad tras pagar una fianza de 150 dólares.
Pero el calvario no terminó allí. Además del trauma emocional, Guzmán tuvo que hacer frente a gastos legales que alcanzaron los 4.300 dólares, entre honorarios de abogados y reparaciones de su vehículo. Su vida cotidiana se vio afectada. Como declaró al canal WECT 6, perdió el apetito, el sueño y la confianza en las fuerzas del orden: “Nunca me había metido en problemas, y ahora tengo miedo cada vez que veo un policía”, confesó entre lágrimas.
¿Cómo terminó todo esté escándalo de la conductora del Toyota?
Por suerte, la historia tuvo un final menos amargo. La fiscalía del estado terminó por retirar los cargos al no encontrar pruebas sólidas de que Guzmán hubiera cometido un delito. Aun así, el daño estaba hecho. Su experiencia expone las grietas del sistema legal en Florida, donde chocar con un árbol en propiedad privada puede acarrear hasta seis meses de prisión.
La moraleja de esta surrealista historia es clara: si conduces por Florida y rozas un árbol, trátalo como si hubieras embestido un Rolls-Royce. Coloca conos de seguridad, llama a la policía y no olvides pegar una carta de disculpas en el tronco, preferiblemente con copia certificada. Porque, como aprendió Guzmán, cualquier cosa puede pasar cuando las ramas se convierten en víctimas y los conductores en fugitivos.
