Según la Dirección General de Tráfico uno de cada cinco accidentes de tráfico con víctimas vienen precedido de un exceso de velocidad. Una estadística que debería hacer reflexionar a los conductores, y que provoca que la DGT centre tanto sus esfuerzos informativos y sancionadores en acabar con los excesos de velocidad.
Las estadísticas de accidentes son aun perores para estas infracciones si tenemos en cuenta que la probabilidad de morir o sufrir lesiones graves es mucho mayor cuando el conductor va excesivamente deprisa. Por lo tanto, superar los 120 km/h en las autopistas, o los 90 km/h para los pesados y 100 km/h para los autocares, supone uno de los principales factores de riesgo en la carretera.
3El efecto túnel a altas velocidades puede resultar mortal
Conducir con un exceso de velocidad provoca, entre otros efectos, el llamado «efecto túnel». Este fenómeno reduce la capacidad de anticipación, comprometiendo la reacción del conductor antes la aparición de un imprevisto. Pero también tiene otros efectos secundarios como que propicia la fatiga, la agresividad y las distracciones.
A medida que se aumenta la velocidad, el campo visual útil del conductor disminuye. Esto se conoce como el “efecto túnel” que impide que le conductor pueda observar los laterales de la vía. Cuanta más velocidad, menor es la capacidad para poder estar alerta a lo que ocurre a su alrededor. Pensarás que este efecto se produce a velocidades excesivamente altas, como esos 160 km/h, pero no. La Dirección General de Tráfico alerta de que conducir a 80 km/h ya se produce una pérdida del 35% en la eficacia visual.