¿Eres de los que les gusta conducir con lluvia? A muchos conductores les relaja oír las gotas de lluvia caer sobre el chasis, ver los limpiaparabrisas en marcha, disfrutar del paisaje mojado… Puede ser placentero, hay que reconocerlo, pero tiene unos riesgos añadidos que hay que tener en cuenta.
Conducir bajo la lluvia no es tan peligroso como conducir con el pavimento nevado o congelado, pero tampoco debemos menospreciar los riesgos que conlleva. El agua reduce la adherencia y compromete la visibilidad. Además, perjudica la eficacia del frenado, entre otros aspectos. Caiga más cantidad de agua, o menos, seguir los siguientes consejos te ayudará a mantener una conducción más segura.
2Con lluvia reduce la velocidad
«Con lluvia reduce la velocidad». Seguro que alguna vez has visto este mensaje en los carteles luminosos de la autovía. Pocos conductores le hacen caso si no se trata de una lluvia torrencial, pero si surge algún imprevisto o tienes que frenar, tus posibilidades de éxito son mayores cuanto más lento vayas.
Lo mejor que puedes hacer es reducir al menos en 10km/h la marcha, independientemente del tipo de vía en el que te encuentres. Tendrás más capacidad de reacción y ayudarás a evitar el aquaplaning.