La preocupación por la contaminación atmosférica ha llevado a la Unión Europea a tomar medidas proactivas, buscando reducir las emisiones nocivas de los vehículos. Si bien gran parte de la atención se ha centrado en las emisiones de gases producidas por la quema de combustibles fósiles, como la gasolina y el diésel, un aspecto crítico que ha sido descuidado durante demasiado tiempo es la contaminación causada por el desgaste de los neumáticos y las pastillas de frenos.
Según demuestran recientes investigaciones científicas esa no es la única contaminación de la que deberíamos preocuparnos: la que producen los neumáticos durante la conducción es 2.000 veces más abundante que la que procede de los tubos de escape.
2Los problemas de salud derivados y las soluciones preventivas
La exposición a las partículas de desgaste de neumáticos y frenos puede estar asociada con problemas de salud como enfermedades respiratorias, problemas cardiovasculares y cáncer, especialmente en áreas urbanas con una alta densidad de tráfico vehicular.
Para mitigar estos impactos, se están desarrollando y aplicando medidas para reducir el desgaste de neumáticos y frenos, así como para capturar y filtrar las partículas liberadas durante el proceso de desgaste.
Esto incluye el desarrollo de tecnologías de frenado más eficientes, la promoción de prácticas de conducción más suaves para reducir el desgaste de neumáticos y frenos, y la implementación de sistemas de gestión de aguas pluviales para capturar las partículas antes de que contaminen los cuerpos de agua.