La presión de la Unión Europea para reducir las emisiones ha dado lugar a un cambio en la percepción y el valor de los vehículos diésel. Lo que antes era una opción popular y eficiente para muchos conductores, hoy ha quedado relegado a un segundo plano, principalmente debido a las restricciones de acceso a las ciudades y las zonas de bajas emisiones (ZBE). Sin embargo, no todo está perdido para aquellos que poseen un coche diésel y no quieren o no pueden permitirse un coche nuevo. Existe una solución innovadora que te permitirá seguir utilizando tu vehículo actual y, lo mejor de todo, convertirlo en un híbrido enchufable con etiqueta cero.
4Ventajas de la conversión: mucho más que ahorro
El principal atractivo de convertir un coche diésel en híbrido enchufable es, sin duda, la reducción de las emisiones. GCK afirma que su kit puede reducir el consumo de combustible en hasta 1,4 litros cada 100 km y disminuir las emisiones de CO2 a tan solo 39 g/km, lo que permite a los vehículos convertidos obtener la etiqueta ECO en España, o la etiqueta Crit’Air en Francia. Esta distinción es clave para poder circular en ZBE y otras áreas restringidas, además de beneficiarse de incentivos fiscales y subsidios que muchos gobiernos están implementando para fomentar la adopción de tecnologías más limpias.
Otra gran ventaja es la transformación automática del coche. Al eliminar la caja de cambios original y sustituirla por el motor eléctrico, el vehículo se convierte en automático, algo que muchos conductores prefieren por comodidad. Además, el sistema permite seleccionar entre tres modos de conducción: eléctrico, térmico o híbrido, ofreciendo una flexibilidad que se adapta a las necesidades de cada trayecto.
