Es indudable, concretamente para quienes ya peinamos canas, que los avances tecnológicos consiguen que al subirnos a un coche moderno, pensemos que estamos en un viaje en el tiempo. La cantidad de accesorios que han cambiado y sido sustituidos por otros, lejos de ser una alarma, es un aliciente que para muchos conductores apasionados del motor les supone todo un reto rejuvenecedor.
6El futuro que viene
En definitiva, quienes hemos conducido durante mas de 30 años, somos testigos activos de estos cambios que lejos de ser radicales, están demostrando ser eficaces poniendo muy en valor la seguridad en la carretera.
Personalmente, veo con positividad el hecho de no tener que mover el brazo alejándolo del volante para bajar el cristal de mi primera Renault Express, o desviar la mano hacia el elevalunas eléctrico de la Fiat Doblo, para ahora simplemente poder indicarle al ordenador con mi voz, » bajar el cristal del conductor». Asombroso en su simplicidad, que es aplicable a funciones mucho mas importantes en el resto del funcionamiento del coche.
Sin duda, los coches cada día mas autónomos están ya en el marcado, y muy posiblemente en un futuro cercano, la figura del conductor se ponga en juego, quedando relegada a la competición y la exhibición, mientras avanzamos a lo que llaman realidades sostenibles.