Al hablar de contaminación atmosférica fruto de la movilidad, parece lógico centrarse en los medios mas usados, y en este caso el terrestre se presenta como el principal causante de la mayor parte de este perjuicio. No obstante el transporte colectivo, de manera crucial el marítimo, presenta unos consumos de combustible, que al analizarlos suponen en muchos aspectos una paradoja en lo que se refiere a la lucha contra el cambio climático.
La recuperación total de la actividad en el sector turístico de viajes por mar en crucero, devuelve a la realidad de la cifras, unos coeficientes de contaminación que ponen en evidencia, la necesidad de una intervención de transformación del sector, para conservar el medioambiente.
¿Cuántos coches hacen falta para contaminar igual que un crucero atracado en cualquier puerto del Mediterráneo? Es una pregunta poco recurrente, pero si relevante, por las emisiones de azufre especialmente.
1Grandes hoteles flotantes contaminantes
Van quedando lejos los dias, meses de pandemia que tan negativamente afectaron a la economía, y de forma especial a sectores turísticos que basan su negocio en la posibilidad de moverse colectivamente y en grandes masas de población. Hablamos de los cruceros marítimos, que con las restricciones de movilidad redujeron su actividad a mínimos desconocidos.
Ahora bien, con el retorno a la normalidad, la cantidad de cruceros ha vuelto a estabilizarse en numero prepandemico, y con ella el consumo de combustible, no solo en la travesía, sino también en cada uno de los puertos, en que durante su viaje permanecen atracados por horas y dias.
Grandes complejos resort en el agua, que necesitan, mientras están atracados, energía suficiente para mantener unos servicios constantes y así satisfacer a los clientes y usuarios, a la par que a la tripulación.
