Al hablar de contaminación atmosférica fruto de la movilidad, parece lógico centrarse en los medios mas usados, y en este caso el terrestre se presenta como el principal causante de la mayor parte de este perjuicio. No obstante el transporte colectivo, de manera crucial el marítimo, presenta unos consumos de combustible, que al analizarlos suponen en muchos aspectos una paradoja en lo que se refiere a la lucha contra el cambio climático.
La recuperación total de la actividad en el sector turístico de viajes por mar en crucero, devuelve a la realidad de la cifras, unos coeficientes de contaminación que ponen en evidencia, la necesidad de una intervención de transformación del sector, para conservar el medioambiente.
¿Cuántos coches hacen falta para contaminar igual que un crucero atracado en cualquier puerto del Mediterráneo? Es una pregunta poco recurrente, pero si relevante, por las emisiones de azufre especialmente.
3El puerto de Barcelona a la cabeza
La comparativa realizada con referencia al año 2019, establece que los viajes aumentaron en un 25%, y que fruto de este sentimiento alcista, son los resultados en emisiones, que tan solo en SOx (oxidados del azufre) se incrementaron en un 9%, un 18% en oxidaciones del nitrogeno y un 25% de particulas M2,5.
Básicamente esta comparativa se traduce desde los datos que se analizan durante el tiempo en que los buques permanecen atracados en los puertos marítimos, consumiendo energía para el mantenimiento del servicio.
Así, Barcelona fue el puerto más contaminado de Europa el año pasado, seguido de Civitavecchia, puerto costero al noroeste de Roma, y el puerto ateniense del Pireo. En Barcelona, los cruceros emitieron casi tres veces más SOx que todos los coches de la ciudad. Los límites de SOx para los coches en Europa son 100 veces más estrictos que los de los barcos.
