Conducir bajo los efectos del alcohol es una de las infracciones que acarrea más multas en nuestro país y, además, constituye uno de los principales factores de riesgo en los accidentes de tráfico, hasta el punto de que casi el 50% de los conductores fallecidos en carretera en 2021 había ingerido alcohol, drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación. De ellos, el 75% de los que dieron positivo arrojó una tasa de alcoholemia muy alta y el 92,3% eran hombres, según recoge la Memoria 2021 de Hallazgos Toxicológicos en Víctimas de Accidente de Tráfico elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF).
La DGT vigila especialmente la conducción bajo los efectos del alcohol y recuerda que la única tasa segura al volante es 0,0%, ya que aún «conduciendo con tasas de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, nuestro riesgo de provocar un accidente puede verse incrementado».
Dar positivo en un control de alcoholemia no solo puede suponer una multa económica, también conlleva retirada de puntos y puede constituir un delito contra la seguridad vial, tal como consta en el capítulo IV del Título XVII del Código Penal. Estas son las multas a las que te enfrentas y las tasas máximas de alcohol permitidas para conducir.
4Cómo afecta el alcohol
Las multas por la superar los límites máximos de alcohol permitidos al volante están a la orden del día por el peligro que conlleva beber y conducir. Según la DGT, los efectos del alcohol al volante aparecen desde el primer momento, incluso con tasas inferiores a las permitidas.
Con solo haber tomado dos cañas o dos vinos tendremos nuestra tasa de alcohol será de entre 0,3 gr/l y 0,5, lo que supone que se incrementará el tiempo de reacción al volante, comenzarán los problemas de coordinación y subestimaremos la velocidad a la que circulamos. Al superar 0,5 gr/l de alcoholemia, comienzan los problemas de visión y por encima de 0,8 gr/l hay graves problemas de atención y coordinación y fuerte somnolencia. Como hemos visto en la tabla anterior, a partir de 1,2 gr/l de tasa de alcohol en sangre (0,6 en aire espirado), la conducción se considera delito.
