Todos los turismos deben pasar su primera ITV a los cuatro años desde su matriculación. A partir de ese momento, y hasta los 10 años, tienen que acudir a una estación de Inspección Técnica cada dos años. Y si tienen más de 10 años de antigüedad, deberán pasar la ITV anualmente.
Someterse a inspección técnica es una obligación, pero también puede ayudar a nuestro bolsillo, ya que las comprobaciones que realizan los técnicos pueden detectar defectos ocultos en el coche que nos ahorren un buen pico en el taller y que, de no subsanarse de forma rápida, conllevarían una costosa reparación.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) ha hecho las cuentas del ahorro que puede suponer en costes de taller tener la ITV al día tomando como base el gasto de las reparaciones más frecuentes.
1Una fuga de aceite puede complicar la reparación
El sector cifra en un 40% los conductores que no acuden a la ITV cada año. Esto supone que unos nueve millones de vehículos aproximadamente circulan sin pasar la correspondiente inspección técnica, lo que puede acarrear multas que van desde los 200 hasta los 500 euros.
Además, hay que tener en cuenta que, aunque aunque nuestro vehículo esté estacionado sin moverse, debemos pasar la ITV en los plazos correspondientes. También, si lo hemos dado de baja de forma temporal y se va a poner de nuevo en circulación, debe tener la ITV al día.
Acudir a la ITV no solo evitará una multa sino también garantizará que el coche está en perfectas condiciones para circular. Y nos puede ahorrar mucho dinero. De hecho, AECA-ITV cifra en hasta 6.000 euros el gasto en reparaciones que podremos evitar al detectar una avería o el incorrecto funcionamiento de algún sistema.
Señalan como ejemplo que la localización temprana de una fuga de aceite puede solucionarse con una pequeña intervención, sin embargo, de no ponerle remedio podría conllevar una «costosa reparación».