Todos los turismos deben pasar su primera ITV a los cuatro años desde su matriculación. A partir de ese momento, y hasta los 10 años, tienen que acudir a una estación de Inspección Técnica cada dos años. Y si tienen más de 10 años de antigüedad, deberán pasar la ITV anualmente.
Someterse a inspección técnica es una obligación, pero también puede ayudar a nuestro bolsillo, ya que las comprobaciones que realizan los técnicos pueden detectar defectos ocultos en el coche que nos ahorren un buen pico en el taller y que, de no subsanarse de forma rápida, conllevarían una costosa reparación.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) ha hecho las cuentas del ahorro que puede suponer en costes de taller tener la ITV al día tomando como base el gasto de las reparaciones más frecuentes.
2Daños en los frenos, el motor… que pueden detectarse en la ITV
Según los datos facilitados por la Federación Española de Empresarios de Talleres de Automoción (CONEPA), sustituir una junta puede costar hasta 100 euros, mientras que cambiar el turbocompresor, uno de los primeros elementos afectados por el déficit de lubricación (provocado por una fuga de aceite, por ejemplo), ascendería a 1.309 euros. Además, si la avería persiste y hay que sustituir el motor, la factura ascendería hasta los 6.383 euros.
En cuanto al sistema de frenado, si los técnicos de la ITV detectan que la fuerza de frenado en el tren delantero está por debajo del rango establecido o perciben un desgaste anómalo o una fijación incorrecta de las pastillas, la solución pude requerir, únicamente, la sustitución de las mismas.
Sustituir las pastillas supondría unos 130 euros, pero si no se detecta el desgaste a tiempo y hay que reemplazar los discos, el coste total ascendería a los 386 euros.
