A nada que seas mínimamente aficionado al Porsche 911, sabrás que Singer es uno de los más reputados especialistas en restaurar y actualizar los 911 clásicos y 964 (básicamente, todos los 911 con motor refrigerado por aire y aceite). En esta ocasión, la empresa noteamericana fundada por el músico Rob Dickinson presenta cuatro reinterpretaciones del modelo que nos permiten disfrutar de cuatro diferentes siluetas: targa, cabriolet, coupé y coupé con el morro plano.
En todos los casos, el modelo reinterpretado es el mítico 930, el primer Porsche 911 Turbo, nacido para trasladar la experiencia de Porsche en competición con los motores sobrealimentados. Hoy en día el turbocompresor es un recurso técnico habitual en los motores de gasolina, independientemente de que hablemos de modelos de altas prestaciones o de vehículos orientados a lograr bajos consumos y emisiones, pero en 1974 la palabra ‘turbo’ era aún exótica.
El Porsche 911 Turbo nace hace ahora 50 años
Para entender aquel Porsche 911 Turbo 930 hay que retroceder aún más en el tiempo, hasta finales de la década de 1960, cuando Porsche comenzó a emplear los turbocompresores para sus vehículos de competición. En 1972 daría luz verde al desarrollo de la versión turboalimentada del 911, que vería la luz en octubre de 1974.
Desarrollado por Ernst Fuhrmann, el motor del 930 adaptó la tecnología del 917/30 CAN-AM y la aplicó sobre la base del motor bóxer de seis cilindros de 3,0 litros utilizado en el Carrera RS 3.0, con su carrera alargada, su relación de compresión muy reducida (6,5:1) y su turbocompresor KKK. Inicialmente desarrollaba 343 Nm que se traducían en unos explosivos 260 CV, cifras muy respetables hace ya medio siglo.
Entre 1974 y 1989, el 930 no paró de evolucionar. Intercooler, aumento de cilindrada a 3,3 litros, escape mejorado, radiador de aceite adicional y otras mejoras hicieron que el Porsche 911 Turbo 930 alcanzara los 330 CV y los 432 Nm. Este motor siguió evolucionándose hasta 1992 en el posterior 964 Turbo S, con árboles de levas de mayor cruce, inyectores de mayor caudal y más presión en su turbocompresor, alcanzando 381 CV y 508 Nm. Su sucesor, el motor M64 de 3,6 litros, aún conservaba el diseño de refrigeración por aire (y mediante el circuito de lubricación), con 385 CV y 520 Nm en su versión más potente.
¿Cómo sería hoy un Porsche 911 Turbo 930?
Así que si en 1989 había concluido el capítulo del Porsche 911 clásico, en 1993 se había cerrado el libro de los Porsche 911 refrigerados por aire (y aceite). La línea genealógica de los 911 tuvo continuidad con los 993, 996, 997, 991 y los actuales 992, del mismo modo que el apellido Turbo ha seguido asociado a los motores más potentes de estos deportivos, con 650 CV y 800 Nm en el caso de los Turbo S.
Pero, para los aficionados más puristas, hay un universo paralelo en el que los 911 clásicos y los motores refrigerados por aire (y aceite) han seguido evolucionando, y ése es precisamente el universo recreado por Rob Dickinson y escenificado por esta muestra de cuatro Porsche 911 con cuatro estilos de carrocería.
Según el propio Rob Dickinson, “el 911 Turbo se lanzó hace cincuenta años. Desde entonces ha sido un modelo emblemático, un héroe de las autopistas y un ganador de carreras, amado por conductores y entusiastas de todo el mundo. Estamos entusiasmados de colaborar con los propietarios para celebrar este icono de la carretera y la pista y desearle al 911 turboalimentado un muy feliz cumpleaños”.
La base de los restomods de Singer es siempre un Porsche 911 964
Independientemente de que el cliente desee reproducir el aspecto del Porsche 911 clásico o del propio 964, la base siempre es el bastidor de un 964. Todos los vehículos “reimaginados” por Singer están propulsados por una evolución de los motores bóxer Mezger originales de seis cilindros refrigerados por aire (y aceite).
El uso de dos turbocompresores con turbina de geometría variable eleva la potencia hasta los 510 CV, que se envían a las ruedas traseras a través de una transmisión manual de seis velocidades, con la ayuda del control de tracción y el control electrónico de estabilidad desarrollados con Bosch, y los neumáticos Michelin Pilot Sport 4S o Pilot Sport Cup 2.
Singer da a elegir una configuración para conducción deportiva o de gran turismo, y los vehículos se benefician de los desarrollos tecnológicos incorporados al automóvil a los largo de estos 50 años, tales como frenos cerámicos, neumáticos de altas prestaciones, faros LED y un largo etcétera. Y tú, ¿con cuál te quedas?
