Un estudio exhaustivo sobre 25 marcas de automóviles revela que son invasivos en privacidad y seguridad, superando a móviles y dispositivos digitales en la recopilación de información personal.
Se estima que para 2030, el 95% de los vehículos nuevos en todo el mundo estarán conectados a Internet, según McKinsey. Con cerca de 300 millones ya en las carreteras, esta cifra alcanzará los 400 millones en dos años. Estos automóviles modernos, prácticamente ordenadores sobre ruedas, ofrecen comodidades como alertas de somnolencia, llamadas de emergencia y entretenimiento multimedia para los pasajeros. Sin embargo, la tecnología avanzada también conlleva un riesgo significativo: la masiva recopilación de datos personales.
Un informe de la Fundación Mozilla señala que los vehículos inteligentes adquieren información personal, datos de salud, e incluso detalles sobre la actividad sexual. La conclusión es contundente: «Son terribles en privacidad y seguridad, siendo la peor categoría oficial de productos para la privacidad que hemos revisado», superando a dispositivos como los teléfonos móviles y otros gadgets del hogar, como televisores de última generación, robots de limpieza o neveras inteligentes.
El análisis, que examinó las políticas de privacidad de 25 marcas de coches conectados, priorizó especialmente a las empresas estadounidenses y europeas. Sorprendentemente, Tesla, la empresa de Elon Musk, obtuvo la calificación más baja. En el extremo opuesto, aunque todas suspendieron, Renault, Dacia y BMW se consideraron las «mejores».
Todas las marcas estudiadas recolectan más datos personales de los necesarios, como patrones de conducción, interacciones con el vehículo y consumo de neumáticos. Eduard Blasi, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), destaca que estos datos son relevantes tanto para las empresas fabricantes como para terceros, como compañías de seguros.
La intromisión en la privacidad llega a prácticas sexuales. Ciertos vehículos, equipados con cámaras interiores y exteriores, diseñadas para seguridad y comodidad, pueden recopilar datos sobre los ocupantes y su comportamiento. Nissan y Kia, por ejemplo, admiten en sus políticas de privacidad la posibilidad de recopilar datos de actividad sexual, mientras que seis compañías afirman que pueden recolectar «características genéticas».
Además de la recopilación de datos, el 84% de las empresas comparte o vende esta información a terceros, «de los que sabemos poco o nada». Los destinatarios pueden ser aseguradoras, proveedores de servicios, y en más de la mitad de las marcas, autoridades y gobiernos, «en respuesta a una solicitud».
Consejos para evitar sorpresas
Los vehículos cuentan con algún tipo de computadora a bordo desde la década de 1970. Lo novedoso es la cantidad de datos y la capacidad de control del vehículo. En los modelos más avanzados, los botones tradicionales son reemplazados por sensores táctiles, pantallas, micrófonos y cámaras que registran cada movimiento, incluso cuando no estamos activos.
«Probablemente esa sea la razón por la cual los centros de datos de vehículos pueden presumir de tener tantos puntos de datos como la fatiga del conductor y la frecuencia cardíaca», detallan desde la Fundación Mozilla. Otras fuentes de información incluyen servicios conectados como la radio y el GPS, y la conexión de dispositivos como el teléfono móvil o aplicaciones para el automóvil.
¿Cómo protegernos? Eduard Blasi ofrece dos consejos clave. En primer lugar, leer detenidamente los términos y condiciones o políticas de cookies en las páginas web, proporcionando datos solo cuando sea esencial. En segundo lugar, no aceptar condiciones que no se comprendan completamente. «Estos vehículos no son solo un medio de transporte cómodo e inteligente, sino también un recopilador de nuestros datos», concluye.
