Once millones de vehículos, del grupo Volkswagen, se vieron afectados por el «dieselgate.»
El escándalo de las emisiones contaminantes de los vehículos del grupo Volkswagen destapado en 2015 ha generado múltiples cambios en la industria de la automoción.
Rupert Stadler, el primer directivo del Grupo Volkswagen detenido tras estallar el escándalo del ‘software’ ilegal, ha aceptado reconocer los hechos para reducir su condena.
4Los culpables confiesan
El ex jefe de Audi, Rupert Stadler, ha dicho «sí» dos veces y ha confesado en el proceso penal por el escándalo de los motores diésel, ante el Tribunal Regional de Múnich, en una declaración de algo menos de dos páginas en la que Stadler admite que no hizo lo suficiente y expresa su arrepentimiento.
Es la primera confesión de un antiguo miembro del consejo de administración de VW en la investigación penal de uno de los mayores escándalos industriales de Alemania.
El antiguo jefe de desarrollo de motores de Audi, Wolfgang Hatz, que también está acusado, y dos de sus ingenieros superiores ya han confesado que organizaron el diseño del software del motor.
Con los dispositivos de desactivación inadmisibles, los coches cumplían los límites de óxido de nitrógeno en el banco de pruebas, pero no en la carretera. Según el tribunal, Hatz y uno de los ingenieros también están en libertad condicional. El caso contra el otro ingeniero ya se ha archivado a cambio de una multa.
Stadler fue jefe de Audi de 2007 a 2018. Luego vino el choque: en 2018, estuvo en prisión preventiva durante cuatro meses por sospecha de colusión y perdió sus puestos como jefe de Audi y miembro de la junta directiva de VW. La confesión debería evitarle al menos volver a la cárcel.