Cupra ha dado el primer paso. Tras su presentación el pasado 22 de febrero, la marca deportiva y exclusiva de Seat, ha mostrado sus planes para consolidarse, en los próximos años en un terreno intermedio entre las marcas generalistas y las premium. Porque ese es el nicho de mercado que han detectado los responsables de la marca española: tratar de llegar al cliente que no se compraría un Seat pero puede ver en Cupra una alternativa a modelos premium, con un diseño distintivo, una carga tecnológica con el respaldo del Grupo Volkswagen y una deportividad por encima de toda duda. Y por supuesto a un precio con el que las marcas premium no pueden competir.
Pero no solo son los productos el pilar sobre el que basar la estrategia de la nueva marca. Hay otras bases sobre las que asentar ese crecimiento. Hablamos de una red de distribución especializada, que contará con 29 concesionarios que van a disponer de un 'corner Cupra' con su propio estilo, pero sobre todo, lo más importante, con servicio de asesoría comercial muy especializado para ofrecer la mejor experiencia del cliente.
Una identidad diferenciada
Otro pilar es la imagen de marca; crear un 'Universo Cupra' para hacer llegar la identidad del nuevo fabricante a los potenciales clientes. Crear marca a través de experiencias y una gama de accesorios o complementos -entre los que ya hay una bicleta o una línea de gafas de sol- para la que la firma española buscará acuerdos con diferentes fabricantes líderes en cada uno de sus campos.
Y queda el último pilar de la marca, la competición, que fue el inicio de la historia de Cupra allá por 1996 y que va a estar en el ADN de la nueva marca. Tanto que la división de competición de Seat -Seat Sport- pasa a llamarse Cupra Racing. Y este nuevo enfoque se plasma ya en dos bólidos con los que Cupra empieza a triunfar, el León TCR y el futuro Cupra e-Racer, un modelo totalmente eléctrico, con más de 650 caballos de potencia con el que la firma quiere ser líder en las futuras e-Series de turismos eléctricos.
Con estos mimbres, el objetivo de la nueva marca, que no se detalla en cifras concretas, es triplicar las ventas de Cupra, que en los 22 años de historia de modelos Cupra han ascendido a más de 60.000 unidades (de ellas, 10.000 en 2017). Pero también utilizar la marca como banco de pruebas de las tecnologías más avanzadas (que luego se incorporarían a modelos de Seat), atraer nuevos clientes al grupo y generar negocio y valor tanto a nivel de marca como de concesionarios. El primer paso está dado; a finales de año, con el lanzamiento del Cupra Ateca se empezará a ver cómo es recibida la nueva marca.