El cinturón de seguridad es uno de los elementos de protección más efectivos en los vehículos. Su uso adecuado ha demostrado reducir drásticamente las lesiones y salvar innumerables vidas en accidentes de tráfico. Sin embargo, aunque la mayoría de los conductores y pasajeros son conscientes de la importancia de abrocharslos en las plazas delanteras, muchas personas pasan por alto el uso en los asientos traseros, sobre todo cuando estos están vacíos.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha resaltado la importancia de abrochar los en los asientos traseros debido al fenómeno conocido como el “efecto elefante”. Este término describe la fuerza devastadora con la que una persona u objeto no asegurado en el asiento trasero puede impactar contra el asiento delantero en una colisión. A tan solo 60 km/h, un pasajero de 75 kilos puede proyectarse hacia adelante con una fuerza de más de 4 toneladas si no lleva puesto el cinturón. Esta fuerza es suficiente para causar graves lesiones o incluso ser letal tanto para los ocupantes de los asientos delanteros.
Abrochar los cinturones para evitar el efecto elefante
El efecto elefante no solo representa un peligro para las personas, sino también para los objetos que se transportan en el vehículo. Con frecuencia, los conductores dejan objetos en los asientos traseros o en el maletero sin pensar en el riesgo que esto supone. En caso de un frenazo repentino o una colisión, esos objetos pueden salir disparados, impactando contra el respaldo de los asientos traseros con una fuerza amplificada, similar a la que generaría una persona sin cinturón de seguridad.
Al abrochar los traseros, incluso si están desocupados, se proporciona un soporte adicional para los respaldos de los asientos, evitando que estos se desplomen bajo la presión de objetos sueltos en el maletero en caso de accidente. De esta manera, se evita que la carga entre en el habitáculo y que pueda herir a los ocupantes del vehículo.
Un hábito que hay que tomar con nuestros cinturones traseros
Asegurar los que se encuentran en los asientos traseros es una medida preventiva que debería formar parte de los hábitos de todos los conductores. Incluso si el maletero está vacío, abrochar los cinturones traseros mantiene los asientos traseros firmes y reduce el riesgo de que el respaldo se desplace en caso de una emergencia. Este pequeño hábito puede marcar una diferencia significativa en la seguridad de todos los ocupantes en el vehículo.
La seguridad vial va más allá de usar el cinturón en los asientos delanteros o mantener una velocidad adecuada. La DGT insiste en que asegurar correctamente el equipaje, abrochar los traseros y emplear adecuadamente todos los sistemas de seguridad en el vehículo son factores igual de importantes. Adaptar estas costumbres no solo ayuda a proteger a los pasajeros, sino también a reducir las posibles consecuencias de un accidente.