Algunos conductores tienen pesadillas hasta con ello. Coche mal aparcado, llega la grúa y sin remilgo ni miramiento o piedad alguna se lleva tu coche… hacia algún lugar que siempre nos parece demasiado lejano, aunque puede que no lo sea tanto. Si aparcamos donde no debemos, esto en teoría es lo que debería suceder y solo nos quedaría resignarnos aunque no nos haga ninguna gracia pasar por ello.
Pero ojo porque también se ha dado algún caso en el que ha sucedido este incidente y las autoridades no tenían la razón. Y no, no hablamos desde la subjetividad del que solo ve el vaso como le interesa, sino de pifias reales de las autoridades. Es por ello, que si no estamos muy seguros de que esta actuación ha sido la correcta siempre podemos reclamar, al igual que lo hacemos tradicionalmente con las multas.
4Lo segundo peor de la grúa: los posibles desperfectos
Antes de retirar el vehículo es importante que realicemos una ardua inspección del mismo por si se hubiera producido algún desperfecto durante el traslado. En el caso de que sea así, hay que dejar constancia de ello por medio de una reclamación por escrito. Hacer fotos es lo suyo así que no te cortes porque estás en tu derecho para, después, efectuar el trámite necesario y solicitar la reparación de los daños al servicio municipal.
De la misma manera, puede que consideres que la actuación de la grúa no ha sido la correcta. Si es así, puedes dar los pasos necesarios para recurrirla. ¿Te va a servir de algo esto? Nadie te lo asegura, pero al menos te quedarás a gusto y sentirás que estás haciendo todo lo posible por minimizar daños monetarios. De todas formas, antes de llegar a estos extremos, cumple las normas y reduce a cero las opciones de que seas tú el que tenga que pasar por todo este mal trago.